Cosas de la autogestión (¿OS SUENA? Por Alfredo Duro)
cosas de la autogestión
Por Alfredo Duro
Lo dijo Frank Rijkaard con la intención de resolver de la manera más pacífica posible aquella tempestad originada por el “huracán Etoo”. Era una forma de decirle a la gente que, llegado el momento, el vestuario es el órgano adecuado, casi el único, para encontrar la solución idónea a la lucha de egos. Fue pronunciar la palabra “autogestión” y comprobar como se ponía en funcionamiento un particular mecanismo de bálsamo para evitar consecuencias más devastadoras en el reino azulgrana. Con el tiempo, dá la sensación que hablar de autogestión era lo único que garantizaba un tiempo de espera, el suficiente para que los resultados acabaran con las dudas y el debate. Los resultados no han llegado. El Liverpool les echa de Europa con goles y fútbol y el Madrid les empata en el Camp Nou, con fútbol ... y goles. Problema a la vista del que sólo Messi parece estar fuera de peligro.
El Real Madrid también parece haber elegido la autogestión, pero lo hace por caminos y motivos muy diferentes. Tan distintos que, a diferencia de lo que le ocurre a su viejo enemigo, el Madrid ha encontrado en la autogestión una posibilidad real de creerse en condiciones de ganar la Liga. Ha pasado de cadáver a serio aspirante, y su transformación se debe casi exclusivamente al golpe de orgullo y autoestima encabezado por los jefes nacionales del vestuario. Precisamente aquellos de los que se esperan este tipo de reacciones en los momentos críticos. Cuando la única verdad se explica con la mezcla de ingenio y empeño, de esfuerzo y pericia, de talento y atributos. De Guti y Casillas. De Raúl y Sergio Ramos. De Michel Salgado y Helguera. De ellos se esperaba un último gesto para que el final de temporada no fuera una tortura, y parece obvio que han apostado por saltarse a Capello y diseñar un fútbol “a lo Madrid”. Más achulado y fetén pero no exento de la emoción y la lucha que exige el momento.
Tan poco creíble ha resultado la autogestión azulgrana que el mismísimo Johan Cruyff ha tomado la palabra para cargar contra la idea futbolística sin que nadie desde el vestuario haya tenido la mínima intención de salir en defensa propia. Rijkaard y sus chicos vapuleados por el gurú futbolístico del barcelonismo y todo está bien. Tan bien está la cosa que los periodistas deciden pegar un golpe en la mesa y dar la espalda a las ruedas de prensa organizadas por el club por “incumplimiento” del vestuario. Se acumulan las razones para pensar que nadie en el Barsa está fuera de peligro … salvo Messi.
Tiene ahora el vestuario del Real Madrid la obligación de convencerse y convencernos que lo ocurrido no es sólo producto de estas imprevisibles ironías que el fútbol guarda para todos. Nada mejor que el Camp Nou y el “indestructible” Fútbol Club Barcelona para demostrar que la grandeza siempre está a salvo de mezquinas influencias foráneas. El producto nacional ha tomado los mandos y ha enseñado los dientes. Si hay gestos que sean bien recibidos en el madridismo son justamente éstos. Autogestión de verdad. Ibérica, nuestra y de siempre.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 1:44 a. m. | Enlace permanente