La Liga de los 'hermanos'
matallanada
“¿Quién ha jugado hoy Luccin o su hermano?”. Mi hermano Gonzalo siempre le pregunta lo mismo a mi hermano Carlos. Y es que hay días que el francés del Atlético parece un fenómeno, se aproxima al futbolista que rindió regularmente en el Celta y otros partidos parece que el que ha jugado es su hermano, peor dotado táctica y técnicamente que el original. De alguna manera, atendiendo al irregular rendimiento de grandes futbolistas, esta Liga parece la Liga de los hermanos (llevamos varias semanas vacilando con ello Kiko y yo y era ya hora de escribirlo).
El primero que empezó a dar síntomas de haber sufrido un cambiazo fue Fabio Cannavaro. Desde su primera exhibición negativa ante el Olympique en Lyon aumentaron las sospechas de que el que se había enfundado la camiseta del Real Madrid era un napolitano clavadito a él, pero que de defender... lo justito. Y repetidas veces, en varios partidos (unos ocho según le contaba a Ortego en una entrevista en ABC esta semana ), el otro Cannavaro ha saltado al campo con la elástica número 5 del Real Madrid. Justo cuando los madridistas confían que recuperando la melena puedan volver a ver al Balón de Oro, va Fabio y piensa en volver a Italia, a jugar más protegidito.
Se trata de casos para que estudiase el doctor House en su clínica. En el Real Madrid hay varios clones o quizás Valdebebas ha provocado por algún extraño motivo alguna mutación genético-futbolística. Emerson no parece su hermano, se asemeja a un primo brasileño mucho más mayor y con problemas de movilidad, como le retrató Hurti en este foro, se mueve como el operario que te trae el frigorífico o la lavadora a casa y pregunta cuando va a pasar un balón aquello de “¿señora (o señor), donde se lo dejo?”. Robinho se parece más al histriónico Steve Urkel que aquel que deslumbró en el Santos junto a Diego. Y a Reyes le ha sentado fatal su paso por Londres. A lo mejor el auténtico José Antonio se quedó de reponedor de Harrords porque el que ha venido al Real Madrid no se va de un cono.
En el Barcelona también hay varias metamorfosis destacadas. Empezando por Zambrota. Del lateral que deslumbró en el Mundial no han visto ni la sombra en el Camp Nou. ¿Y qué me dicen de Thuram? En la Copa del Mundo, cuando Villa y Torres rebotaban sobre él, parecía un híbrido de Carl Lewis y Ben Jonson (sin segundas: hablamos de su fortaleza muscular y de que estaba rapidito) y con la camiseta azulgrana se deja comer la tostado en muchos cruces y bastantes corners. Por no referirnos la Maradona rubio (¿es cierto que le bautizaron así alguna vez o se trata de una leyenda futbolística atribuida a Mourinho?). Lo de Gudjohnsen es paranormal. Ahora, según ha revelado Rijkaard, el islandés se encuentra ‘depre’ porque con la vuelta de Etoo y Messi no le dan bola. En su caso, podría tratarse de un cambiazo por su padre, al que sustituyó en su debut en la selección de Islandia.
También hay casos contrarios, como el de Diogo. El hermano del uruguayo fue el que pululó por el Real Madrid los diez minutos que le dieron de vez en cuendo y la Pilarica le devolvió a su ser y en La Romareda volvió a ser el lateral que deslumbró en River Plate una docena de partidos.
Joaquín tampoco ha sido el que se ha trasladado a Valencia. En su numerosa familia ha habido varios futbolistas. Todos sus hermanos aseguran haber sido mejor que él. Por eso, da la sensación, que entre Capi, Lucas y Ricardo se turnan para jugar por su hermano, a ver si le dan consistencia defensiva para hacerse con un hueco en el once titular de Quique Sánchez. Pero no acaban de darle el empujoncito que necesita el fenomenal extremo de El Puerto de Santa María.
En los banquillos también encontramos casos. Podríamos hablar de repicantes más que de hermanos al analizar la metamorfosis detectada en Capello en su regreso a la Liga y al Real Madrid una década después...
Por no hablar de un servidor. Algún domingo ha ido a jugar al fútbol 7 a Majadahonda alguno de mis hermanos en mi lugar. Y Los Desperdicios lo han notado. Positivamente. ¿Verdad 'Pescue'?
Escrito por Matallanas | 11:27 p. m. | Enlace permanente