Butragueño reconoce el error superior (¿Os suena? Por Alfredo Duro)
¿os suena?
Por Alfredo Duro
Coincidí con Butragueño en “La Pachanga”, programa de Onda 6 TV en el que Javier Reyero consiguió que el ex jugador, ex vicepresidente y ex director general deportivo del Real Madrid reconociera que no todo fue galáctico y maravilloso durante la presidencia de Florentino Pérez. Tan sincero y franco acabó siendo “el buitre” que, haciendo gala de su apodo, sobrevoló el ciclo florentinista y admitió el agujero negro que todas las revisiones de aquella etapa siguen encontrando cuando se evoca a Vicente del Bosque y se recuerda su desagradable salida del club: “Sí, pudo ser un error no renovar a Del Bosque. Tomamos una decisión que, a lo mejor, con el tiempo, no fue la más correcta”. En ese momento, a escasos metros de Emilio, me sentí bien. Tuve la sensación que se hacía justicia. Tardía, pero justicia al fin y al cabo.
No tengo ninguna duda sobre el lugar de privilegio que el Butragueño jugador ocupa y seguirá ocupando en la historia del Real Madrid. Partidos y goles inolvidables han cimentado una leyenda que perdura en el tiempo. Nada que ver con su posterior faceta en los despachos, excesivamente ligada a la figura de Florentino Pérez y brutalmente condicionada por la tristemente famosa definición del Ser Superior. Con el tiempo, la sensación de idolatría y exceso reverencial que produjo aquello, ha colocado a Butragueño en una posición tan ambigua como dudosa. Su singular rasgo de sinceridad, al menos, le sitúa más cerca de la gente. La misma gente que vio en el despido de Vicente del Bosque el gran error de Florentino. El error superior.
Los casi cuatro años que han pasado desde el último título de liga conquistado por el Real Madrid demuestran la liviandad de la decisión y el burdo engaño con el que se quiso disfrazar la patada que Florentino Pérez y Valdano le dieron al entrenador que dirigía al equipo en aquella lejana liga. Hablaron de síntomas de agotamiento, de no estar actualizado, de buscar un libreto moderno y chorradas por el estilo. Una patraña desmedida que nada tenía que ver con la realidad. Como Roncero escribía recientemente a Del Bosque lo pintaron, entre otras cosas, por gordo y por rojo. ¡Así se escribe la historia!
Valdano le calentaba la oreja a su jefe convenciéndole del excelente maridaje que resulta del dominio del inglés y la planta de gentleman. Queiroz al poder. “Es el adecuado para los nuevos tiempos que afronta el club”. Demasiado para Vicente, mezcla de Obélix y Séneca que escapaba de la infame y abyecta teoría de la modernidad esculpida desde los altares de la petulancia. Error superior y origen de la caída libre emprendida por el Real Madrid como tributo a los nuevos tiempos y a la modernidad.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 9:01 p. m. | Enlace permanente