Director deportivo: profesión de riesgo (Por Antonio Sanz)
el rincon de judas. columna publicada en publico el 1-6-08
Por Antonio Sanz
Comienza el baile de altas y bajas con una sensación en el cuerpo. La figura del director deportivo, antes secretario técnico, se ha convertido en una profesión de riesgo. Quizá los cursos que se imparten en la sede federativa de Las Rozas le han dado un carácter excelso al puesto. O quizá porque cada día venden más los lavados de cara y la falta de arraigo en el fútbol. El caso es que lo que antes era un cargo casi vitalicio se ha convertido en algo tan efímero como la vida del entrenador. Muchos de estos profesionales, la mayoría, son antiguos jugadores que buscan evitar el examen semanal del banquillo. Incluso, muchos, cuentan con ese carné acreditado por la escuela de técnicos. Eso sí, lo guardan con honor en la cartera porque consideran que en el despacho se arriesga menos el bigote. Pobres ilusos. No preveían los tiempos modernos del negocio. Todos, en suma, son amantes de un deporte que ahora se maneja desde las oficinas de la sociedad anónima deportiva y dónde cuadrar un balance tiene tanto prestigio como pegarle bien a portería. Todo este cuento viene porque me he quedado impactado con el adiós de José Luis Pérez Caminero como mandamás del Valladolid. Tras ascender y consolidar, ‘Cami’ apuntó que no tiene fuerzas para seguir. “Estoy desgastado”, declaró sin rubor tras tres temporadas al frente. Y a fe que le creo. La impaciencia no está ligada a los largos proyectos. Por eso, la interinidad es cada día más frecuente. Hoy el director deportivo también juega los domingos.
En esta fauna nos encontramos con profesionales de diferente calado. En Valencia presentan a Ruiz con aires de futuro, pero termina fulminado porque el dueño no puede entregar su propia cabeza. Toni dice adiós al no alcanzar el reto europeo y vuelve al ruedo en Getafe porque dos años a la sombra no le han servido para desengancharse. Y qué curioso en el Atleti: tras apostar por ex jugadores de la casa, uno de fuera, García Pitarch, logra el objetivo. Por eso, lo del pasado y la camiseta no otorga ventaja añadida. Así nos encontramos con quienes destierran la figura, en el Villarreal lo hacen todo Roig y Llaneza, hasta los que apuestan por la bicefalia -Mijatovic y Portugal- en el Madrid y -Laporta, antes Rosell, y Beguiristain- en el Barça. Muchos aplauden el modelo de Monchi en el Sevilla. Y bien es cierto que con una cantera siempre a tono para hacer bolsa -Reyes y Ramos- se obtiene una tregua para bucear en Brasil y encontrar a Baptista y Alves. Pero no se engañen. En todas las familias hay resbalones -Hinkel y De Mul-. Por eso, algunos deciden ceder el protagonismo a sus jefes -Richard a Lendoiro y Momparlet a Lopera-, otros transitan en silencio mediático –Nando Pons y Juanjo Lorenzo-, otros cambian el triunfo obtenido en la hierba por el ordenador -Paco Herrera y Ayestarán-, otros, como Subirats, recorren la Comunidad Autónoma -ora Valencia, ora Alicante- y otros, como Juanito, combinan alternativamente el banquillo de la Unión Deportiva con el despacho de Las Palmas. En este mapa no me olvido de quienes presentan antes al entrenador, Marcelino, que al ‘manager’, como en Zaragoza. Por eso, no dudemos, si pensamos, que este grupo de profesionales proponen a quienes se juegan el dinero. ¿Masoquistas? No. Recuerden aquello de que: “todos tenemos un amor, que nos complica la vida”. Llegará el día en que se encuentren con el cuero pinchado. Mientras… ¡maldito balón!
Escrito por Matallanas | 5:24 p. m. | Enlace permanente