Los 'ochomiles' de Torres (Por Kiko Narváez)
el arquero. artículo publicado en la razón
Por Kiko Narváez
¡Tiembla Juanito Oiarzabal! Fernando Torres lleva escalando, semana tras semana, ‘ochomiles’, dejando la bandera definición, calidad y madurez en lo más alto. Todavía estoy saboreando la acción técnica del taconazo a Cannavaro en los primeros metros de la subida del partido ante el Madrid, un gesto técnico a la altura de los elegidos como Zlatan Ibrahimovic. El Balón de Oro de italiano aún debe estar descifrando la acción que le hizo en unas décimas de segundo quedar apartado y a Fernando cara a cara con Casillas. Mientras seguía con ese regustillo dulce apareció Vidic disfrazado de Lahm y Van der Saart disfrazado de Lehman para evocar en el Teatro de los Sueños el jugadón de la final de Viena. Una vez que le comió la tostada al defensa, volvió el Niño a bajar pulsaciones y revoluciones para iniciar la remontada del Liverpool ante el Manchester United.
Torres ha superado definitivamente el mal de altura y hace las ascensiones sin oxígeno como cuando estaba en Fuenlabrada al nivel del mar. Lleva un equipazo detrás. Kuyt, Mascherano y Skrtel son sherpas del lujo, Xabi Alonso, Pepe Reina y Steve Gerrard son los guías del ascenso permanente del Liverpool. El capitán Red está en muchas quinielas para salir, algo que no me cuadra que se consume porque más que enfundada lleva tatuada la camisa roja del equipo de Anfield Road. Le va a repasar el tatuaje estos días, por cierto, Leo Tattoo, el tatuador que me pintó a mi la rojiblanca. Como jefe de expedición, Rafa Benítez, que siempre les prepara una hoja de ruta perfecta (le ganó la doble partida a Juande: la de ajedrez de la ida y la de fútbol de la vuelta).
El Niño continúa su imparable ascenso a la elite y no tengo ni idea donde está su cima porque su progresión no nos deja de alucinar, incluso, a los que siempre confiamos en él. Sus recursos son inagotables, no nos deja de sorprender con acciones nuevas, con lances como el que le hizo a Cannavaro. Mientras tanto yo seguiré disfrutando viendo el partido desde el campamento base con la tranquilidad de que Torres ha enganchado su vagón a una estrella para seguir el camino hacia arriba. Siempre hacia arriba…
Escrito por Matallanas | 5:02 p. m. | Enlace permanente