Sí, sí, sí... Mourinho va a Madrid (Por Alfredo Duro)
¿os suena?
Por Alfredo Duro
Y no me extrañaría que algunos le hicieran la ola mientras se dirige al Santiago Bernabeú para jugar con su Inter la final de la Champions que bien podría coronar un triplete histórico para la entidad neroazzurri. Después del Scudetto y la Copa de Italia, Mourinho puede presumir de haber conquistado todos los títulos nacionales de los países en los que ha entrenado. Porque suyas también fueron Liga y Copa de Portugal con el Oporto y la Premier League y FA Cup con el Chelsea. Dicho así, parece que algo tendrá el tal Mourinho, más teniendo en cuenta que, y es sólo un pequeño ejemplo, nadie en los últimos años ha conseguido lo mismo en el Real Madrid. Sólo el recordado Vicente del Bosque puede lucir el historial que cualquier madridista firmaría hoy día como si de repente le cayera el Santo Grial. Qué tiempos aquellos, antes de la llegada de esa estafa moral y de la otra que ha supuesto para el madridismo la modernidad, en los que Del Bosque coleccionaba Ligas, Copas de Europa e Intercontinentales, mientras le daba tiempo a hacerse con el respeto de todos. Bueno, de todos menos de aquellos iluminados que sólo fueron capaces de ver en él un triste vestigio del pasado. ¡Joder con el pasado, y joder con la modernidad! Lástima que alguno no se la hubiera metido por …..
Siguiendo con Mourinho, llama la atención la cansina insistencia de un determinado batallón mediático para hacer de su modelo un prototipo de fútbol antiestético. Hablan y escriben de Mourinho y se les acaban los adjetivos para intentar convencernos de las malignas y diabólicas consecuencias que su “primitivo sentido del fútbol defensivo” supondría para éste Real Madrid llamado a conquistar el mundo. Una serie de profecías adelantan la gran catástrofe que para el Bernabeú y su historia significará la llegada de este portugués que, curiosamente, le pegó un repaso táctico en el Giusseppe Meazza al todopoderoso Barça de Guardiola que el mismísimo Pep antes que nadie, tardará mucho tiempo en olvidar. Un repaso que ninguno de los “modernísimos” entrenadores, empezando por Pellegrini, han sido incapaces ni tan siquiera de imaginar, con la excepción hecha de aquel Chelsea que la pasada temporada sufrió en sus carnes una de las mayores atrocidades arbitrales que la Copa de Europa es capaz de recordar. Un Chelsea que dirigía Gus Hiddink, pero que al igual que el que perdió la final de la Champions por un resbalón de John Terry en el lanzamiento de un penalti decisivo, estaba hecho en una idea tan sólida, productiva y creíble como la que Mourinho ha sabido construir desde aquellos tiempos en los que el Viejo Continente alucinó futbolísticamente con la espectacular aparición de aquel Oporto deslumbrante al que Mourinho llevó al título europeo.
A diferencia de todos aquellos que desde la Ciudad Condal, en tiempos aún cercanos en los que la arrogancia y la soberbia se pusieron la barretina, anticiparon que tal día como el sábado “estarían en Madrid”, Mourinho se dedicó en cuerpo en alma a preparar una eliminatoria llamada a cambiar su destino. La primera consecuencia es que, más de cuarenta años después, ha llevado al Inter nuevamente a una final de Copa de Europa. La segunda y más importante es que Mourinho llega a Madrid para quedarse y hacerse responsable de la recuperación del carácter ganador del Real Madrid. Bienvenido a la capital José. ¡Tú si que estás en Madrid!
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 11:14 a. m. | Enlace permanente