Los dulces sueños mundialistas (Hotel, dulce hotel...)
en estas habitaciones he soñado del 11 de junio al 11 de julio en la victoria en el mundial
Mi primera habitación tenía nombre de terminal de aeorpuerto, T-4, pero sólo duramos una noche en el primer hotel de Potchefstroom porque no estaba en las mejores condiciones para el trabajo de un enviado especial de periódico. La segunda, y el campamento base de todo el Mundial, fue la habitación número 33 del Road Lodge. Era una habitación para un viajante de comercio. Apenas me cabían los dos maletones, pero tenía mesa para escribir, wifi y una cama donde se descansaba y, realmente, no hace falta más. Además tenía un fuerte calentador de aire que en las noches en las que ha arreciado el frío del invierno se ha agradecido. En Durban, con el equipaje que montábamos para desplazarnos a cada partido, las dos noches previas a la derrota ante Suiza dormimos en un hotel más que correcto con vistas al Oceano Indico desde la habitación 1017, el problema era que el wifi iba de pena, pero soñamos bien, aunque perdimos contra los suizos. En Johannesburgo antes del partido ante Honduras pernoctamos en la habitación 147 de un City Lodge, en el que tuvimos problemas para cenar al volver de trabajar, porque nos habían cerrado la cocina. En Pretoria, en la tensa espera al partido ante Chile, dorminos en otro City Lodge (la cadena Lodge se ha forrado construyendo hoteles para el Mundial 2010), esta vez rodeado de obras. La habitación 277 y todo el hotel practicamente lo inaguramos nosotros. En Ciudad del Cabo, para enfrentarnos a Portugal en octavos, nos alojamos en el Ritz, pero de Ritz sólo tenía el nombre. Era la 1107 y las vistas eran fabulosas. Siempre regresando a Potchefstroom a la habitación 33 del Road Load en la que entrabas como si regresaras al salón de tu casa después de madrugones, aviones petados y kilómetros en autocares agobiantes.
Para superar los málditos cuartos de final soñamos en el mejor hotel que hemos dormido en todo el Mundial: un Park Inn que estrenamos nosotros en Sandton, cerquita de la Mandela Square. La habitación 334 era la más lujosa. También soñamos fuerte y superamos a los paraguayos en esos cuartos de final. Para las semifinales volvimos a Durban a otro Court Garden, pero diferente al del partido de Suiza. Habitación 103, como el brandy. No era Veterano, pero soñamos "a por todas" y Puyol hizo el golazo de tarzán a los alemanes. La última noche en Sudáfrica no dorminos en Johannesburgo, que era donde se jugaba la final, y nos alojaron en otro Road Lodge como el de Potchefstroom (los compañeros decían que ahí no se podía pasar un mes y nosotros lo pasamos, mientras se pueda currar, esté limpio y se duerma bien, los lujos sobran), el gran problema es que estaba en Pretoria, a una hora del Soccer City donde se jugó la final. Pero también soñamos fuerte en la habitación 169 y ganamos la final con el histórico gol de Andresito Iniesta. Eso sí, para soñar por el Mundial y por Marito, como mi cama con mi Nini no existe ningún hotel, dulce hotel.
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Escrito por Matallanas | 9:59 a. m. | Enlace permanente