Si para el fútbol me voy al juzgado (Por Alfredo Duro)
¿os suena?
Por Alfredo Duro
Como abonado a un equipo perteneciente a la Liga de Fútbol Profesional, así como a las dos plataformas de televisión que poseen los derechos del fútbol para ofrecerlo a través de sus diferentes canales, en eso que viene a denominarse 'cerrado', tengo absolutamente decidido, llegado el momento en el que se haga oficial el cierre patronal que defienden algunos de los clubes pertenecientes a nuestra Liga, presentarme en un juzgado, el que sea, e iniciar las acciones judiciales que la ley me permita en defensa de unos intereses, los míos como aficionado y como pagano, que están amenazados por el capricho indecente de quien entiende que está en condiciones de privarme sin más de una jornada de liga y sus indescifrables consecuencias. Porque sí. Sin reparar en la agresión sistemática que reciben los derechos de los aficionados sin que éstos tengan la más mínima oportunidad de ser considerados como agentes sociales de capital importancia para el mantenimiento de un espectáculo que todo el mundo considera suyo en la misma proporción que arrincona al aficionado al fútbol a la triste categoría de damnificado permanente.
Yo, como tantos otros, he pagado por adelantado un abono que me garantiza la posibilidad de presenciar los partidos de Liga de Primera división en una localidad concreta y durante el período de tiempo convenido en la organización de la competición. Me refiero al conocimiento que se supone debo tener en cuanto al comienzo del campeonato y la fecha de su finalización. Ese mismo detalle, el de pagar por adelantado la cuota correspondiente, es el que he tenido con las dos plataformas televisivas para, de esa manera, tener acceso a lo que contractualmente ellos me han garantizado en aquello que también se refiere a la Liga de Primera división en los días y horarios que a su particular manera han desarrollado. Nada puedo decir sobre la letra pequeña que ocultan los contratos que he establecido con todas las partes: Liga Fútbol Profesional, Club y Televisiones, pero seguramente encerrarán algún párrafo lo suficientemente despótico y arbitrario como para que algún picapleitos adulador y con vomitivos deseos de darse ínfulas ante sus superiores tenga la tentación de demostrarme que, además de ser gilipollas, no me he leído el contrato.
Va siendo hora de tomarse en serio la absoluta falta de higiene que demuestran aquellos que están encargados de la gestión y administración de uno de los espectáculos con mayor carga emocional y de pasiones que jamás hubiéramos podido sospechar. Cualquier mínimo repaso al estado de responsabilidad que hoy día mantiene el fútbol español con las instituciones y consigo mismo invita a pensar que es justamente ese concepto, el de la responsabilidad, el que con más facilidad son capaces de pasarse por el forro de su incompetencia y su desfachatez. Ni hablar ya de la preocupación que a estas alturas le puede generar a esta tropa bodoque y almidonada de la Liga de Fútbol Profesional la colección de lesiones que le siguen generando a los derechos de los aficionados. Pues hasta aquí muchachos. Si hay paro, en los juzgados nos veremos, y que ruede el balón.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 1:54 p. m. | Enlace permanente