La puntilla del profesor (Por Antonio Sanz)
El rincón de Judas. Articulo publicado en publico
Por Antonio Sanz
Largas y más largas en el discurso de Llorente cuando responde sobre la continuidad de Emery. Regates a los medios al hablar de la renovación, mensaje público ambiguo a la cuestión y tiempo sólo tiempo para liquidar la trayectoria, más que óptima del vasco en el banquillo de Mestalla con dos terceros puestos, a refrendar el de este curso. Es decir, el campeón de la otra Liga. Quizá no es suficiente. El ciclo se consume por el inesperado resbalón de Gelsenkirchen, que no aparecía en los mapas de ruta. La esperanza europea se difuminó como la confianza del poder en el entrenador. Pero la decisión de finiquitar la relación aún no está tomada. El técnico aún cuenta con opciones de mantenerse un año más, aunque las dudas están sembradas. Por eso, se analiza el futuro y por ahí surge la figura de Luis Enrique. El asturiano poblará muchas quinielas, pero su demostración de juego a la sombra de Guardiola le abrirá las puertas más altas. Si se la jugaron con riesgo en el trasvase Almería-Valencia por qué no hacerlo con el Barça B-Mestalla.
El camino de Unai ha sufrido inestabilidad desde el día uno de su llegada. La irrupción de Villalonga añadía la compañía en sus alforjas de Luis Aragonés para el cargo. Sin ponerse el chándal, Emery tuvo que lanzar un órdago para continuar, avalado por la presión popular que se mostraba escéptica con la llegada del nuevo gran accionista al club. El tránsito deportivo acometió vaivenes, pero Emery ha sido capaz de sobreponerse… hasta lo de Alemania. Hoy, si el Sevilla es atrevido y es capaz de fundir los plomos al Valencia, Unai recibirá la puntilla del profesor, aquel técnico innovador que se rebeló desde los campos de tierra para relanzar el proyecto del Toledo y darse a conocer. Precisamente, en el verano de 2008, el alumno, era miembro de aquella plantilla ‘imperial’, ganó la carrera a Manzano en la disputa por el banquillo valencianista. Esta noche puede hacerle el peor favor al colega.
Escrito por Matallanas | 4:52 p. m. | Enlace permanente