Lectura. Entrevista a Bernd Schuster (La Futbolería, Marca, 13-11-04)
Disfruté con Roberto Palomar haciendo aquella entrevista a un tipo al que los dos admirábamos, a uno de los mejores futbolistas que vi sobre el césped y en los entrenamientos. Iba a verle entrenarse con el Atlético de Madrid siempre que podía, con sus Adidas Copa Mundial rotas por la punta. Con los dedos fuera, dibujaba el fútbol con tiralíneas, con pases cortos y cambios de juego de 40, 50 ó 60 metros. Quitaba las telarañas de las escuadras en cada golpe franco. Y ténía una llegada letal. Jugaba sólo de medio centro, con escuderos como Víctor Muñoz o Juan Vizacaino. Le queda dar el salto a un grande. El alemán que ganó y triunfó como jugador con el Barça, con el Real Madrid y con el Atlético de Madrid ya se ha ganado cualquiera de estos tres banquillos.
BERND SCHUSTER
(Entrevista, la primera del serial La Futbolería, publicada en Marca el 13 de noviembre de 2004)
“Se han eliminado los jugadores tipo 'Schuster', yo sería hoy un galáctico”
"Cuando Zidane da un balón y la gente dice ‘¡Vaya pase!’ Yo ya lo estaba pensando. Pensaba el mismo pase que él. Eso es el talento"
"¿El doble pivote? Debe ser siempre con uno ofensivo y otro defensivo porque, para mí, la creación empieza ahí. Si tengo dos que me defienden bien, vale, pero si quiero jugar al fútbol tengo que tener a alguien que me coja el balón ahí. En esa posición jugaba yo, salía, teniendo a uno que me guardara la espalda, Víctor o Vizcaíno"
“Me costó mucho dejar de jugar. Fue tremendo, no
sabía si me gustaba ser entrenador”
“Igual sólo valgo para entrenar equipos que vienen de abajo”
“No sé si serviré para llevar un Real Madrid”
UNA ENTREVISTA DE ROBERTO PALOMAR Y JAVIER G. MATALLANAS
FOTOS: MARGA FERRER
Hace 24 años, llegó a la Liga uno de los mejores futbolistas de la historia. Casi cinco lustros después, se está revelando como un gran técnico. Se acelera hablando de fútbol. Pone pasión, se ríe, gesticula, lo vive. Al acabar la tertulia, nos queda el poso de haber conversado con un mito. De momento, entrena al Levante.
Jueves, una y pico de la tarde. En el césped de la ciudad deportiva del Levante, en Buñol, a cincuenta kilómetros de Valencia, sopla un aire de mil demonios. Bernd Schuster ha terminado de entrenar hace un rato. La noche anterior, su equipo ha caído en la Copa. La cita con el míster está cerrada desde hace tiempo, pero no sabemos de qué humor se encuentra esta mañana tras la derrota.
¿Hoy es un buen día para hablar con Schuster?
Normalmente, no. (Risas). Con el tiempo, me he dado cuenta de que, como entrenador, tienes que ser el primero que vuelve a la normalidad. El jugador está enfadado o cabreado, con la moral abajo, vale que tarde un día o dos, pero el entrenador al día siguiente se tiene que poner las pilas. Pero me cuesta.
¿Se cabreaba más de jugador?
Sí. Las derrotas, de jugador, me dolían más.
¿Y los jugadores se cabrean ahora igual que antes?
Hay algunos más que menos. Pero en nuestra época también había jugadores que a los cinco minutos estaban jugando a las cartas. Eso no quiere decir que no están enfadados por perder, es quizás una válvula de escape para olvidar la derrota. Yo he buscado lo mejor para quitarme el cabreo. En Xerez me tiré un viaje de siete horas de autobús sin moverme de mi asiento, no me bajé ni a cenar de lo enfadado que estaba. Ni me moví. Yo ahí, rebotado, sin moverme seis horas.
¿Cuesta dejar de ser futbolista, cambiar de mentalidad?
Me ha costado mucho, muchísimo. Ahora ya soy más entrenador, pero los primeros dos, tres años me costó. Jugaba con ellos, entrenaba más como jugador que como entrenador. Me costó mucho los primeros años, fue tremendo.
¿En qué momento se da cuenta de que ya lo vive más como entrenador?
Antes de ir al Xerez estuve un año sin entrenar. Busqué entrenadores que quería ver, también diferentes, como Ranieri y Wenger, para saber cómo eran. También estuve una semana siguiendo al Feyenoord, con Leo Beenhakker, al que tuve en el Madrid. Yo me cambié, en chándal, botas, y pensaba que en algún rondo o en algo me iba a meter a jugar. Y Leo me dejó fuera toda la semana: faltaba uno en una pachanga y yo decía ‘me va a meter’ y ni me miraba. Ponía a jugar a un físico que no sabía ni tocarla. Y el último día le digo: “Leo, me estás jorobando, macho”. Y me contestó: “No, no. Ya te he visto, pero tú ya no eres jugador, tú tienes que cambiar, ahora eres entrenador”. Me costó un montón.
Los que le conocimos de jugador no nos imaginábamos a Schuster de entrenador.
En mis dos últimos años de jugador, en Alemania, vi que se terminaba y quería quedarme en el fútbol. Cuando me fui a México a terminar mi carrera, me inscribí para tener el título de entrenador, pero no lo tenía muy claro. Cuando llevaba un mes en el curso, me vino el equipo de Colonia de segunda división a ficharme y me metí a ver si me gustaba.
¿Y le gustó?
Me gustó, más o menos. Terminé el curso, entrené dos años en Colonia, vine a Jerez y ya me gustó.
Le salió bien la apuesta.
Sí. En el Xerez jugamos con tres centrales, porque era un recién ascendido y quise de principio amarrar un poquito a ver cómo iba y nos salió bien. Y tengo que reconocer que cuando llegué al Xerez yo quería salir de la dinámica del 4-2-3-1, todo el mundo en Segunda jugaba con un punta, dos afuera y uno detrás y todos defendiendo atrás, y no me gustaba y quería hacerlo diferente. En Primera ahora con el Levante hay que adaptarse más a la categoría.
Lo del doble pivote no le gusta demasiado, ¿verdad?
Debe ser siempre con uno ofensivo y otro defensivo porque, para mí, la creación empieza ahí. Si tengo dos que me defienden bien, vale, pero si quiero jugar al fútbol tengo que tener a alguien que me coja el balón ahí. En esa posición jugaba yo, salía, teniendo a uno que me guardara la espalda, Víctor o Vizcaíno.
Pero ya no hay futbolistas tan completos como Schuster.
Desgraciadamente, poco a poco se ha eliminado ese tipo de futbolista. Se ha repartido el trabajo de un futbolista a dos, los dos pivotes casi haciendo lo mismo, defendiendo y atacando, pero hoy hacer las dos cosas es complicado, no puedes ser organizador y defender como un rey.
¿Cuánto valdría hoy Schuster? ¿Sería un galáctico?
Posiblemente, como los galácticos, ahí estaremos. En mi época, en el Madrid, teníamos el Club de los Cien, es como los galácticos hoy, que están en mil, es un cero más, pero aquellos cien ya era una cifra altísima.
¿Hay jugadores sobrevalorados?
Yo soy de la opinión de que un Figo, un Zidane, Raúl, un Ronaldo, un Ronaldinho gane ochocientos o mil, no me molesta porque yo voy a un estadio por ellos. Lo que no puede ser es que a un jugador medio que no lleva gente al campo le paguen 500, 600 ó 700. Entonces me falla la cosa. Me parece bien lo que cobran los galácticos.
¿Y cómo entrenador se ve capaz de llevar un vestuario con galácticos? ¿O le frena la experiencia de Camacho?
Depende del carácter de cada uno. Camacho tiene un carácter que quizás es más complicado llevarte con este tipo de jugadores. Yo no lo sé. Me salió bien el Xerez, me está saliendo bien el Levante, a lo mejor soy un entrenador para estos equipos que vienen de abajo, que necesitan confianza, que necesitan un entrenador delante que saben lo que ha hecho como jugador...
Tarde o temprano le llegará la oportunidad y usted fue un jugador de su estilo.
Lo vamos a saber si algún día estoy ahí porque es difícil. ¿Cómo pudo Del Bosque llevar un equipo así? Es raro, pero Vicente tiene un carácter que encaja con este tipo de jugadores, pero Camacho no es así, él es muy impulsivo y a lo mejor eso no te permite llevarte con estos jugadores que sabemos todos como son. Hay que ver si yo puedo llevar a un equipo como el Madrid, si tengo la suerte de estar, ya se verá.
Quizás esté más cerca del Atlético, que sale de abajo, o del Barcelona, que lleva años sin ganar nada, que del Madrid.
Esa situación es buena para un entrenador, llegar a un equipo que está en crecimiento. No la situación de Ranieri, por ejemplo, que es la más difícil que te puede tocar. No se trata de si Ranieri es bueno o malo, porque ya ha demostrado que sabe de todo. Lo que ha hecho Claudio es lo más difícil que se puede hacer.
Puede que no le haya llamado aún un grande porque le da miedo a los presidentes.
Eso puede ser, me lo ha dicho mucha gente.
Se vio en el Xerez.
La de Jerez fue una situación muy complicada porque, por una parte, debes defender el club y por otra parte tienes jugadores que no cobran, que no les dan bola y les engañan y yo no puedo estar en el lado del que los engaña, un entrenador no puede hacer eso. Fue una situación difícil y yo tenía que apoyar a los que me ganaban los partidos. Yo como jugador siempre me he matado por defender los colores de mi equipo: ocho años en el Barcelona, dos en el Real Madrid y tres en el Atlético. Igual en los tres equipos. Eso lo sabe la gente y por eso me quiere, porque me ido a los rivales más duros, pero saben que les he defendido y cada vez que voy, me tratan bien.
Usted llegó hace 24 años a España, ¿cómo ve la Liga? ¿ha cambiado mucho? ¿se mantiene el nivel?
Creo que el fútbol español no está peor que hace 24 años. Pienso que los extranjeros mejoran la Liga, si cuentas con los mejores extranjeros subes el nivel y mejoras, eso ya lo dije en Alemania. Por eso la Liga inglesa está mejorando ahora y la italiana mejoró con Rijkaard, Van Basten, Gullit, Maradona... Y siempre ha habido jugadores españoles de gran nivel como Hierro o Raúl, Santillana y Juanito, los Alexankos, Miguelis, los Quini...
Un entrenador extranjero en la selección española, ¿arreglaría algo?
Yo creo que sería bonito, yo pienso que sería bonito verlo, además pienso que puede hacer algo. A veces viene bien. Hay otros países también, hasta Inglaterra, fíjate. Creo que puede dar otro aire.
Podría ser usted, que futbolísticamente es español.
(Risas) Claro, claro.
Los jugadores llegan muy cargados de partidos y la selección también nota que el calendario está muy cargado.
Sí, pero yo creo que es cargado para todos, en Alemania tenemos lo mismo, en Italia también. El Madrid cuando estaba bien en la Champions y en todo fue cuando tenía 20 jugadores, cuando tenían banquillo y cuando no lo tienes, no puedes, porque si tienes sólo 12 ó 13 jugadores tu no puedes jugar esa temporada. ¿Dónde ha fallado el Madrid la temporada pasada? Al final, porque ya le ha pasado factura todos los partidos en marzo, abril, mayo, cuando la temporada se hace más larga y se decide todo.
¿Ese puede ser el peligro ahora del Barça?
Claro. El Barça, que ahora está muy bien, porque está muy bien, pero vamos a ver dónde está en marzo o abril que es cuando hay que estar bien para ganar los títulos. Lleva ya unos meses jugando y, con la mala suerte de las lesiones, el único recambio que tiene es Iniesta.
¿Ve al Madrid de final de ciclo o todavía pueden ganar más títulos estos jugadores?
Se habla de que venía Owen, de que había vuelto Morientes, y sus llegadas son fundamentales para este equipo. ¿En qué falló el año pasado? ¿Quién estaba el año pasado si no jugaban Raúl y Ronaldo? ¿Portillo? No es suficiente para toda una temporada. Se cayó al final porque Ronaldo estaba lesionado, Raúl no andaba fino, Figo también estaba tocado, Zidane también y ¿a quién metes ahí para jugártela con la Juventus? Eso te echa y no puedes. Esta temporada, por lo menos, han pensando en reforzar la plantilla. Han tenido mala suerte con el tema defensivo pero yo creo que si están todos, es un equipo que puede llegar al final. Creo que el Madrid al final va a estar ahí.
De futbolista era un obseso de la técnica, siempre la perfeccionaba mucho en los entrenamientos. Ahora, como entrenador, ¿cree que se puede mejorar la técnica?
Un futbolista no se hace en los dos o tres años que llega a Primera división, se hace de pequeño, Por ejemplo, el golpeo se hace de pequeño. De profesional es difícil cambiar. Ahora, lo que se puede hacer es mejorar un poquito y sobre todo mantener, que es lo que hemos hecho nosotros. Hemos mejorado la técnica, lo que hemos hecho es mantener la técnica para esta más seguro, para estar cómodo. Dar un pase a mi me resultaba muy fácil y a otros les cuesta mucho. Eso es el talento. Tú ves a Zidane y dices ¿qué está haciendo? Y yo le veo y me veo a mí, no porque me quiera comparar con él, pero yo sé lo que estaba pensando y el pase que ha dado para mí estaba clarísimo. Hay un talento que pasa por encima del resto como el de Zidane, como el de Figo, como el de Maradona, como el mío, para mantenerlo hay que entrenarlo.
¿Cómo ve el fútbol actual: la modernización, el marketing, la dictadura de las televisiones?
Ahora nos tenemos que habituar a los horarios de las televisiones. A nadie le gusta jugar a las diez, seguro, es una hora muy mala. Te tiras en el hotel todo el día y ¡hasta las diez no juegas! Todo el mundo nos utiliza a nosotros, el marketing manda. En el Levante no sucede, pero en el Madrid o el Barcelona tienes que organizar los entrenamientos en función de los spot que tienen que grabar los futbolistas. Todo es ingresos, ingresos, ingresos... De la taquilla ya no se puede vivir.
Pero lo que pasa en el campo no ha cambiado mucho.
No. Aunque por el tema de las cámaras se ha perdido la picardía porque ahora te pillan todo lo que hagas y te meten cinco partidos.
Schuster sigue sin llevarse bien con los árbitros, ¿no?
Como entrenador es mucho más complicado. No estoy mal con ellos, pero me sorprende que nos pidan que estemos ahí sentados, como muertos. No insultar, claro. Esa línea donde tiene que estar el entrenador parece una cárcel. Yo les pido a los jugadores que están en el banquillo que vivan el fútbol, pero si viene el cuarto árbitro y les manda sentarse...
Como entrenador, ¿es un maniático del fútbol, está 24 horas pensando en fútbol, viendo vídeos?
No, de eso nada. No soy un adicto al trabajo. Que otro lo hace, me parece muy bien, pero yo no puedo sentarme un montón de horas viendo vídeos, me vuelvo loco. Yo hago y preparo lo que necesito saber para sentirme tranquilo, para manejar la situación. Yo necesito cortar con el trabajo y hacer otra cosa, aislarme un poco.
El once ideal de Schuster: MAIER; CAMACHO, FOESTER, STIELIKE, GORDILLO; VÍCTOR, SCHUSTER, MICHEL, MARADONA, FUTRE Y HUGO SÁNCHEZ
Bernd se pondría de titular en su equipo ideal, con Menotti al frente
Cuando le pedimos que haga la mejor alineación posible de todos los tiempos, Schuster elige a los que han sido compañeros en distintas épocas. Así lo razonó según fuimos apuntando: “Futre, en la banda izquierda. Detrás del delantero, tenemos a Maradona, pero detrás de la punta, no conmigo, que me deje un poco de balón que si no me quita todo el ‘chupetín’ este. Arriba Hugo Sánchez, a la derecha Michel. Nos falta uno que defienda, que vamos todos para arriba. Pon a Víctor, aunque me ha ganado con el Zaragoza. De entrenador, Menotti”.
ENTREVISTA A FRANK RIJKAARD (ENERO DE 2005, MARCA, LA FUTBOLERÍA)
Escrito por Matallanas | 9:12 a. m. | Enlace permanente