Madrid me Mata, (Sport, 29-4-06)
Maquiavelo y el ‘príncipe del madridismo’
Maquiavelo sigue por aquí por Madrid, liándola. Si no ha sido él quien ha escrito el guión de los acontecimientos que se están sucediendo en los últimos meses en el Real Madrid, ha tenido que ser un alumno aventajado del autor del manual del retorcimiento y de lo rebuscado, libro de mesilla de noche de los gobernantes de todos los tiempos. Es que es muy fuerte. ¿Se imaginan que todo hubiese sido diseñado por una mente privilegiada? Una mente ‘maquiavélica’, por supuesto. Resulta que un ‘príncipe’ del madridismo se enteró de la intención de un miembro de la corte de sucederle en el trono y preparó toda su estrategia. “Se va a enterar éste, voy a abdicar yo ahora y le voy a nombrar mi heredero. Y, cuando los súbditos le conozcan, cuando empiece a tomar decisiones y a hablar en público, se retratará y no podrá gobernar esta sociedad. Entonces, mi gente le obligará a irse y yo pondré a otro príncipe que se deje manejar”, pensó el príncipe de esta fábula madridista.
Y el príncipe saliente prometió apoyo al príncipe entrante y éste, a su vez, le dijo que seguiría todas sus directrices a pies juntillas, pero decidido a gobernar a su manera. Los discursos públicos del nuevo príncipe fueron mosqueando a las masas merengues, cualquier desliz del nuevo gobernante era contado rápidamente por el antiguo príncipe a las voceros y gacetilleros para que el pueblo se enterase de su ineptitud... “Le torpedeo todas las leyes y medidas que intente adoptar y las que había tomado yo, no se las dejó aplicar”, había diseñado en su minucioso plan ese príncipe frío y calculador y lo fue cumpliendo escrupulosamente, o, mejor dicho, sin escrúpulos, mientras los problemas crecían en su ‘sociedad’. Harto de traidores a su alrededor, el nuevo príncipe se volvió desconfiado y quiso tirar hacia delante sólo, pero la presión y el amor a su patria provocó que abdicase. El príncipe antiguo retomó las riendas de nuevo y preparó a un nuevo sucesor.
Cualquier parecido de la fábula anterior con la realidad del Real Madrid es mera coincidencia. Por supuesto. Fernando Martín hablaba a diario con Florentino Pérez hasta que se produjo la reunión en casa de Pedro de Felipe con Del Bosque, Camacho, Pirri, García Remón y Fernando Hierro. Martín no le informó ni a su mujer de esta reunión y el día anterior comió con Florentino y tampoco se lo comunicó. Cuando el presidente del Real Madrid se enteró, por una indiscreción inconsciente y sin maldad de un familiar de los asistentes, se pilló el primer enfado con su sucesor. Y ya no hablaban todos los días. Luego llegó la comida con el socio madridista y presidente del Getafe, Angel Torres, y las declaraciones a ‘elconfidencial.com’ y la junta directiva, dominada por Florentino Pérez, obligó a irse a Martín. Tenía fichado a Ballack y también se lo torpedearon desde dentro. Pero eso ya da igual. El antiguo príncipe se marcó una jugada maestra. Y el Real Madrid puede ser mañana cuarto...
Maquiavelo sigue por aquí por Madrid, liándola. Si no ha sido él quien ha escrito el guión de los acontecimientos que se están sucediendo en los últimos meses en el Real Madrid, ha tenido que ser un alumno aventajado del autor del manual del retorcimiento y de lo rebuscado, libro de mesilla de noche de los gobernantes de todos los tiempos. Es que es muy fuerte. ¿Se imaginan que todo hubiese sido diseñado por una mente privilegiada? Una mente ‘maquiavélica’, por supuesto. Resulta que un ‘príncipe’ del madridismo se enteró de la intención de un miembro de la corte de sucederle en el trono y preparó toda su estrategia. “Se va a enterar éste, voy a abdicar yo ahora y le voy a nombrar mi heredero. Y, cuando los súbditos le conozcan, cuando empiece a tomar decisiones y a hablar en público, se retratará y no podrá gobernar esta sociedad. Entonces, mi gente le obligará a irse y yo pondré a otro príncipe que se deje manejar”, pensó el príncipe de esta fábula madridista.
Y el príncipe saliente prometió apoyo al príncipe entrante y éste, a su vez, le dijo que seguiría todas sus directrices a pies juntillas, pero decidido a gobernar a su manera. Los discursos públicos del nuevo príncipe fueron mosqueando a las masas merengues, cualquier desliz del nuevo gobernante era contado rápidamente por el antiguo príncipe a las voceros y gacetilleros para que el pueblo se enterase de su ineptitud... “Le torpedeo todas las leyes y medidas que intente adoptar y las que había tomado yo, no se las dejó aplicar”, había diseñado en su minucioso plan ese príncipe frío y calculador y lo fue cumpliendo escrupulosamente, o, mejor dicho, sin escrúpulos, mientras los problemas crecían en su ‘sociedad’. Harto de traidores a su alrededor, el nuevo príncipe se volvió desconfiado y quiso tirar hacia delante sólo, pero la presión y el amor a su patria provocó que abdicase. El príncipe antiguo retomó las riendas de nuevo y preparó a un nuevo sucesor.
Cualquier parecido de la fábula anterior con la realidad del Real Madrid es mera coincidencia. Por supuesto. Fernando Martín hablaba a diario con Florentino Pérez hasta que se produjo la reunión en casa de Pedro de Felipe con Del Bosque, Camacho, Pirri, García Remón y Fernando Hierro. Martín no le informó ni a su mujer de esta reunión y el día anterior comió con Florentino y tampoco se lo comunicó. Cuando el presidente del Real Madrid se enteró, por una indiscreción inconsciente y sin maldad de un familiar de los asistentes, se pilló el primer enfado con su sucesor. Y ya no hablaban todos los días. Luego llegó la comida con el socio madridista y presidente del Getafe, Angel Torres, y las declaraciones a ‘elconfidencial.com’ y la junta directiva, dominada por Florentino Pérez, obligó a irse a Martín. Tenía fichado a Ballack y también se lo torpedearon desde dentro. Pero eso ya da igual. El antiguo príncipe se marcó una jugada maestra. Y el Real Madrid puede ser mañana cuarto...
Escrito por Matallanas | 12:58 p. m. | Enlace permanente