'CRÓNICAS ASIÁTICAS REVIVAL'
No viajaban a aquella Asian Tour 2003 ni Del Bosque ni Hierro, a quienes un mes antes habían dado puerta en la famosa ‘noche del Txistu’, en la que en lugar de celebrar el título liguero se escenificó la eliminación de la jerarquía del vestuario madridista, el adiós al fútbol y a los valores madridistas de forma casi definitiva. A Vicente le hubiera gustado vivir aquella experiencia. Se la merecía. Y haber entrenado a Beckham, la última guinda del pastel galáctico, que causó sensación en aquella gira (gracias a mi íntimo Ricardo, que me le presentó en Manchester un año antes, David me dio bola en aquella gira asiática y le hice la primera foto e historia en exclusiva en aquella gira). Pero no le dejaron. Y le dieron el mando a Carlos Queiroz, un tipo elegante, con la mirada clara y desconfiada, que manejó aquella extraordinaria gira con mano izquierda y luego hizo jugar al equipo blanco siete partidos de gran fútbol. Pero con aquella plantilla, sin equilibrio alguno y sin Makelele, no pudo ganar ningún título.
Íbamos en un chárter para 400 pasajeros, fácil, y éramos poco más de cien entre futbolistas, técnicos, directivos y periodistas. La novedad, la lejanía, la experiencia única que todos éramos conscientes de estar viviendo, nos unió bastante y se creo un clima de solidaridad que ni los desajustes en la organización de ASD, la empresa creada para hacer la gira, ni la competencia entre medios lograron dinamitar el buen rollo durante los 18 días que duró la gira, salvo algún desencuentro, lógico por tantos días de convivencia, con algún compañero.
Con los futbolistas madridistas ya tenía bastante buen rollo y aquel viaje sirvió para adquirir una complicidad que durará toda la vida, por más que no te veas ni hables a diario. Cuando te encuentras con ellos ahora, años después, en Milán, en Liverpool, donde sea, se notan los lazos que se consolidaron en aquella Asian Tour 2003.
No era la primera vez que iba a China (unos meses antes tuve la experiencia de entrar sin visado en el ‘gigante asiático’, en aquella rocambolesca y excitante vivencia que ya os he contado en el post de lectura titulado ‘El caso Ronaldo’). Yo colaboraba ya con Titan Sport, que por entonces tenía un acuerdo de colaboración con Marca. Los compañeros de Titan estaban por todas partes: eran los miembros del servicio de seguridad, los traductores, los chófers: nunca estuvimos tan dentro de la información: que Beckham pedía unos DVDs, pues al día siguiente dábamos en Marca que David había solicitado toda la colección de ‘Friends’ y las revistas ‘CQ’.
Empezamos a hacer una columna diaria. Félix (José Félix Díaz) hacía el ‘Real Madrid desde dentro’, el clásico dietario de concentración (JFD siempre maneja información, pero con los chinos dentro daba todo, hasta el último detalle) y yo empecé a hacer las que denominé ‘Crónicas asiáticas’, lo que pretendía ser otra visión de lo que nos íbamos encontrando por Asia en aquella experiencia nueva y fascinante para todos.
Pues he decidido rescatar aquellas ‘Crónicas asiáticas’ (cuyo estilo y modelo tuvo continuidad luego en la Eurocopa 2004 en Marca con las ‘Crónicas ibéricas’ y en el Mundial de Alemania 2006, hace un mes, en elconfidencial.com, con las ‘Crónicas nibelungas’) en este blog. Sabéis que me gusta publicar artículos míos antiguos, sobre todo para que estén en Internet ya que en su día no se volcaron, y para los que no tuvisteis oportunidad de leerlo en su día podáis hacerlo. El modelo siempre serán las ‘Escenas matritenses’ de Mesonero Romanos, Larra o la acidez, concisión y prosa ágil de Julio Camba. La utopía continúa con Truman Capote… Hay que buscarse un modelo e intentar forjar un estilo. Y cuando te dejan escribir con entera libertad (de aquella Asian Tour 2003 se me grabaron en el disco duro bastantes detalles, pero en el escritorio de mi vida está de papel tapiz lo que significa libertad en chino: "TÚ SEGÚN TÚ"), como Elías entonces, compruebas que es cierta la frase aquella de Picasso de que “la inspiración se encuentra trabajando”. A partir de mañana, el mismo día, tres años después de haber sido publicada en Marca, encontraréis la ‘Crónica asiática’ aquí en vuestro blog.
P.D. 1. Carlos E. Carbajosa, mi compañero y amigo de El Mundo, también escribió, en aquel verano de 2003, en la web de su periódico una columna diaria. Merengues de la China. Diario de un occidental en Asia.
P.D. 2. Vuelvo a China el próximo día 1 de agosto (el año pasado también estuve con el Madrid y no tuvo nada que ver con ‘lo’ de 2003, se palpaba el fin de ciclo). Estaré del 1 al 7 en Shanghai y del 7 al 10 en Pekín. Viajo con Nini, mi mujer, y cubriré la estancia del Atlético de Madrid, con Torres espero, para la Cope y Titán Sport. Si encuentro cosas cambiadas y más detalles relevantes de ser contados os los contaré también en este foro, paralelamente a las historias recordadas a diario en aquellas ‘Crónicas asiáticas’.
Escrito por Matallanas | 11:32 a. m. | Enlace permanente