Epílogo del lujo asiático
Después de pasar por cinco hoteles, acumular 40 horas de vuelo en seis viajes de avión, llevar colgadas del cuello siete acreditaciones diferentes, hacer seis guerras de almohadas en pleno aterrizaje, recorrer tres países y conocer cinco ciudades asiáticas, presenciar unos 18 entrenamientos, cubrir cuatro partidos amistosos que parecían cuatro finales del campeonato del mundo en sus prolegómenos, desplazarnos en 5 autocares diferentes en cuyos asientos te sentías seguro y arropado por la solidaridad, poco habitual entre periodistas, de los compañeros (¡Viva la peña ‘Lord Hatchwel!). Igual de seguro que en las habitación de los hoteles, tenías que hacer memoría para recordar que habías cambiado de la 1618 a la 3266 pasando por la 2028...
“Esto sólo lo puede hacer el Madrid”, repetía Carbajosa toda la gira. Y, sin caer rendido a la evangelización madridista del continente asiático, repasamos las notas de la libreta que se han quedado fuera de esta columna y, gracias al Madrid, se ha comprobado que los asiáticos tienen las manos muy grandes, que los frenos de los autobuses de Pekín chirrían escandalosamente y los conducen muchas mujeres. Que en Pekín hay un barrendero en cada esquina con una escoba de paja antigua, pero eficiente. Que en Bangkok los policías van vestidos ajustaditos como los legendarios ‘Village People’ y que podrían ser las estrellas en el desfile del ‘Día del orgullo gay’ de cualquier ciudad del mundo. Y que los agentes de la autoridad en China se dividen en ‘Pinochets, geypermanes y grises’. Que en China hay una quiniela de 13, con partidos de la Liga italiana, francesa e inglesa y que esta temporada van a entrar los de la Liga española. Que se puede vivir una accidentada escena de comedia madrileña de los 80 en una habitación de hotel de Hong Kong partiéndote la cara en la oscuridad y llamar aterrorizado a tus compañeros para tener testigos de cómo te cose un ‘matasanos’ chino, ante la posibilidad de que te den dos puntos que te marquen toda la vida. Que en chino tigre se dice ‘grrr’ y gato algo parecido a ‘miau’.
Faltó darse un maisaje tailandés, probar los grillos, los saltamontes o los gusanos o pisar la plaza de Tiananmen, un simbolo de la libertad que en China significa “tú, según tú”. Pero los ojos de los compañeros que estuvieron en esos lugares nos permitieron recrearlo para trasladárselo a nuestros lectores en este foro. Atrás queda la ascensión a la Gran Muralla China con José y Edu, la lluvia pertinaz de la gris Kunming, los nuevos olores cazados en el disco duro, el primer gol de Beckham narrado en directo en la tribuna del estadio Nacional de Tokyo, la violenta recepción de la policía china, la preciosa vista de la Bahía de Hong Kong, el chorrito del W.C. del Four Seasons de Tokio, las velitas del fin de partido de Bangkok... Una experiencia única e irrepetible. Para el ‘Spanish Buda’ ha sido un placer contársela. Madrid -“pero qué bonita que eres”- nos recibe con su calor seco, más soportable...


P.D. (12-8-06, A Coruña). El de la escena de comedia madrileña en pleno Hong Kong fue Diego Torres de El País y cada vez que se ve de la cicatriz en la barbilla se acuerda de la bahía hongkonesa, me decía hace dos días. Aquella 'evangelización' fue una experiencia brutal, emocionante e inolvidable y me ha molado recordarla en este foro (y mis disculpas a los que no ha agradado el revival).
Esta tarde veo el Aleti-Milan en el Teresa Herrera. Estoy aquí con Barriocanal y con Anto. Mañana vemos a Caneiro que nos va enseñar el nuevo diseño del blog que ponemos en marcha el 21 de agosto. La brisa de A Coruña acaricia, pero huele a humo. Galicia huele a humo. ¡Cómo puede ser uno tan desalmado para quemar su país! ¡Basta ya! ¡Nunca mais!