Los apuntes del Zurdito
LA BALDOSA DE AIMAR
Por José Luis Hurtado
Si un niño vive debajo de las tribunas del estadio Monumental de River Plate, o sale futbolista de empaque o le da un disgusto a su familia. Si le llaman Pablo César en homenaje a Menotti, o sale sabio del césped y achica rivales o mete un sofocón a los suyos. Pablo César Aimar, con ese cuerpo peso pluma, se escurrió de las travesuras y tomó el camino elegido, ser un futbolista de tronío.
Sobrevive con su finta en un campo minado de maleantes, que dedican el mismo tiempo a levantar pesas que a pasar el balón. Cuando le tiran al suelo parece que le van a pisar y va a quedar aplastado como quedan los personajes de tebeo. Se las apaña como pocos. Diego Milito lo sabe. El Zaragoza no le ha fichado un compañero, le ha puesto al lado la Bonoloto. Pablito es capaz de flotar en el área y entre un bosque de piernas encontrar a Diego. Eso hizo ante el Betis. Resolvió en una baldosa como un jugador de fútbol sala.
Muchos de los que llevan el carnet del Atleti en las entrañas no entienden cómo los jerifaltes del club no han ido a por él. Ya es tarde para soñar con verle dando pases al Kun y Torres, un dúo que la mayoría de partidos se aburre ante el secuestro de balones que padecen. Le llaman frágil. No es mentira. Su fútbol en tarrinas se pierde en golpes de los Tyson de la Liga. Sin poseer la boquita de Stoichkov sí le alcanzó para decir que el único que le llenaba de la Liga era Zidane. Y decirlo cuando era del Valencia tampoco era sencillo. Renegó del apodo de Payaso (no me extraña) y elige el de Cai o Payito. Este tipo es lo que se pierde el Calderón el domingo por una lesión.
Si fuera argentino estaría ansioso por ver juntos a Messi, Aimar y al Kun. Igual un día de éstos una pizarra se vuelve majara y coinciden. Es el fútbol de los aficionados. Un congreso de enanos, con regates y fintas para regalar. No pasa nada por desear lo imposible. Tampoco se puede jugar al fútbol en una baldosa y yo lo vi el otro día.
Escrito por Matallanas | 7:24 p. m. | Enlace permanente