El 2006, un año para olvidar en la gloriosa historia del Real Madrid

Se acaba el 2006, un año que no será precisamente destacado en la gloriosa y laureada historia del Real Madrid. Un año que se inició con el fichaje de Cassano, que llegó entradito en carnes y que un año después está en la parrilla de salida de la disciplina del club. Un 2006 en el que el Real Madrid estuvo a un gol de conseguir una remontada épica apoyado y empujado por el ‘espíritu de Juanito’, que se recuperó como un reclamo de marketing y casi, casi consigue su objetivo de recuperar la casta, la lucha, la entrega de aquel malagueño, que fue uno de los mejores futbolistas en la historia madridista, en una plantilla acomodada y hastiada de triunfos. Se marcha un año en el que Florentino Pérez se equivocó marchándose de la presidencia al verse sin recursos para manejar su creación: un ‘Frankenstein’ de glamour y marketing, y de fútbol en algún momento hasta que echó a Del Bosque y a Hierro y vendió a Makelele. Una espantada que sumió al club en una crisis institucional, dejando a Fernando Martín, un castellano bueno e impulsivo, con verbo y ademanes campechanos, que no supo ni pudo ni le dejaron reconducir una situación que derivó en unas elecciones a la presidencia que aún no han concluido y que terminarán en el año 2007 que comienza.

Unas elecciones a la presidencia en la que la imagen del Real Madrid tocó fondo por la ambición y las sospechas de trampas que se instalaron en casi todos los candidatos. Precisamente el candidato que acusaba a los demás de tramposos, e instaló en el ambiente que los que hacían trampas eran los otros, utilizó sus armas para judicializar el club y mantener aún al equipo en los juzgados, dándose la paradoja ahora (se verá en el juicio del próximo 29 de enero) de ser el demandante y el demandado al mismo tiempo y de tener que comparecer como Ramón Calderón, demandante como candidato a la presidencia, y como Ramón Calderón, demandado como presidente del Real Madrid. Un presidente que ha hablado más en seis meses que Florentino en cinco años. Antes de las elecciones se había marchado Zidane, cansado de no ganar. Y tras las elecciones llegó Capello y un plan a corto plazo, basado en la veteranía de Cannavaro, Emerson y Van Nistelrooy y el músculo de Diarra, para ganar un título de inmediato. Mientras el Barcelona se presentaba al nuevo ejercicio como flamante campeón de Liga y Champions y con un fútbol modelo y referencia para todos los amantes del balompié.

Y el Real Madrid empieza el 2007 con los refuerzos de Marcelo, Higuaín y Gago, tres promesas del fútbol mundial (Gago un poco más realidad) pagadas a precio de angulas en Navidad, con el recuerdo fresco de la humillación del Recre, que ganó 0-3 en el Bernabéu, con la renovación de Beckham atascada (el inglés puede negociar con quien le plazca desde el próximo lunes), con el deseo de Robinho de ser “el mejor del mundo” y de Ronaldo de ser “titular”. Y comienza el nuevo año con Sergio Ramos tentado por el Milan y esperando a que Mijatovic cumpla su promesa de mejorarle el contrato (una promesa de la etapa de Florentino que el director deportivo accedió a cumplir cuando José Angel Sánchez, director general ejecutivo, reconoció que él fue testigo de la propuesta de los anteriores gestores). Así afronta el Real Madrid el año 2007, con la esperanza y el deseo de sus aficionados de que su equipo vuelva a ganar títulos, pero no a cualquier precio ni jugando de cualquier manera. ¡Feliz Año Nuevo a todos!.