¿OS SUENA? Por Alfredo Duro
El sonrojante final de Capello
Por Alfredo Duro
Ya está. Se acabó. Capello es historia y su imagen actual sólo es representativa del fracaso. Su modelo es inexistente y su incapacidad para reconducir la situación de la plantilla no la discute nadie. Ni aficionados, ni socios, ni jugadores, ni el director deportivo, ni la directiva, ni el presidente …. ni tan siquiera el propio Capello. Ante tamaña coincidencia sólo cabe esperar que Capello haga gala de “madridismo” y reconozca que todo esto le ha venido sorprendentemente grande. Adiós Fabio.
Leo unas declaraciones de José Martínez “Pirri”, en las que augura un auténtico calvario hasta final de temporada debido a la intranquilidad y el nerviosismo del club, alimentado entre otras muchas cosas por la ausencia total de sistema de juego y la falta de calidad de buena parte de los jugadores fichados en los últimos tiempos. Tiene razón Pirri, porque cualquier análisis futbolístico de la etapa Capello presenta una alarmante cantidad de motivos para pensar que nada tiene por qué cambiar hasta el mes de junio. Como también tenía razón Camacho cuando recientemente hacía pública su nostalgia de los tiempos en los que el Madrid se comportaba como un equipo tan señor como dominador. Son conceptos que ahora quedan en entredicho por la confusión generada en el campo y en los despachos.
Podría editarse una enciclopedia para repasar los desmanes cometidos en los últimos años en la despedida de jugadores y algún entrenador. Las de Beckham y Ronaldo (justificadas en lo futbolístico desde mi punto de vista), han sido un ejemplo de ternura en comparación con la perversidad con la que se perpetraron las de Fernando Hierro y Del Bosque. Entonces, el coro de lavacaras ejercía con recia disciplina su “misión evangélica”; pero antes y ahora quedaba dañada la imagen de un club en el que todo lo que sucede en los últimos tiempos parece tener carácter aniquilatorio.
Por eso hay que escuchar a Del Bosque cuando dice algo tan simple como aleccionador: la gente no está contenta y urge mirar a la propia historia del club para recuperar el respeto perdido. Pirri, Camacho y el propio Del Bosque representan mejor que nadie los valores de gratitud, lealtad y nobleza que distinguen al Real Madrid y han engrandecido su orgullosa leyenda. Junto a ellos emerge con fuerza la figura de Michel como digno heredero de un eslabón que mantiene sólida la cadena a pesar de los fracasos y equivocaciones de los últimos años. En ellos está el futuro y el presente de la transformación que está por llevarse a cabo para que el equipo sea fiel a sus indiscutibles principios.
Calderón y su junta deben pensar en lo que pudo haber sido esta temporada y tratar de enmendar la actual dirección para ganar tiempo en la que viene. Para ello nada mejor que proteger a aquellos jugadores que por juventud y talento asumirán responsabilidades futuras. Ahí surgen nombres como Gago, Higuaín, De la Red, Nieto, Marcelo y Torres, que deben quedar a salvo de ese olor a chamusquina que desprenden los Cassano, Reyes, Cannavaro, Emerson, Roberto Carlos, Robinho, Helguera, Salgado, Van Nystelrooy, Pavón y Mejía. Que sean ellos los que ejerzan de guardia de asalto para salvar el maltrecho honor y, si pueden, su dudoso destino. Que Raúl, Casillas y Guti demuestren su liderazgo y que Capello observe con sonrojo que ha sonado la hora del verdadero madridismo.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 2:13 a. m. | Enlace permanente