Especialista en utopías
de como viví otro sueño imposible en el coliseum alfonso perez de getafe
"¡Y has estado allí! ¡Qué suerte tienes, mamón!". Mi compadre Narváez, desde Suances, me lo recordó nada más acabar el partidazo. Volví a ser testigo de un imposible. Viví en el Coliseum Alfonso Pérez la noche más bonita y grandiosa en la historia del Getafe. Tuve la fortuna de asistir al baño que el dio el equipo de Schuster al Barcelona porque José Pekerman fue a verlo y tenía que llevarle luego a El Tirachinas. Fue una pasada. Un nuevo triunfo de la fe, una nueva realización del sueño imposible, la plasmación de que, a veces, la utopía se cumple. No es la primera vez que soy testigo de imposibles. Estuve presente hace dos años en la final de Champions de Estambul, con la espectacular, emocionante y emotiva remontada del Liverpool al 3-0 con el que el Milan le mandó a la caseta en el descanso. Una experiencia increíble, que me hizo creer de nuevo en el fútbol, en la vida. El pasado mes de diciembre gocé con el Cholo Simeone y Estudiantes de la Plata. Presencié en el José Amaltifani de Vélez Sarsfield como los ‘pincha rata’ dieron la vuelta al resultado y ganaron el partido de desempate después de haber alcanzado a Boca Juniors en la Liga. “En la vida hay que creer, nunca hay que dejar de creer”, dijo el Cholo con un micro a toda la hinchada de Estudiantes desde el centro del campo.
Esta vez, la noche del jueves, disfruté con Casquero, Güiza y compañía. Aluciné con la desidia del Barcelona y flipé con la hinchada del Geta. Me emocioné con las lagrimas de la hermana de Gemma Santos, con la alegría infinita de mi compañera (¡Churriiiiiiiiiiiiiiiiiii!) y con la dulzura, maternal y futbolea, de Meli, su madre. Me contagié de la celebración de Quique Pina, presidente del Ciudad de Murcia, a los goles de su Dani Güiza. Me convencí al ver mover el bigotito al Labi Champions. Me conmoví con el gesto serio y preocupado de Joan Manuel Serrat en el descanso (no me atreví ni a saludarle, me puse nervioso). El Nano caminaba haciendo tribulaciones con el 2-0 que se había puesto el Geta ante su Barça. Seguró que tarareó su Utopía. Y me alegré sobremanera por mi amigo Alfredo Duro, artífice de que un equipo de Tercera sea un equipo UEFA. Y también recordé al gran Pedrito Bonti. (Y me acordé de Cubillo. Y de Luz. Y de Antonio García de Diego. Y de los Barreró (Carlos y José). Y de Emilio Contreras. Y de Bermejo. Y de Pinedita. Y de Julián Romero Nieto. Y del 'presi'...) Parte de esta final, de este éxito increíble de meterse en la final de Copa y de clasificarse para la UEFA también es de ellos.
¡Enhorabuena Geta! ¡Qué grande es el fútbol!
¡Ay! Utopía, cabalgadura
que nos vuelve gigantes en miniatura.
¡Ay! ¡Ay, Utopía, dulce como el pan nuestrode cada día!
¡Ay! Utopía, incorregible
que no tiene bastante con lo posible.
¡Ay! ¡Ay, Utopía, que levanta huracanesde rebeldía!
Escrito por Matallanas | 11:06 a. m. | Enlace permanente