de mi encuentro con marío alberto kempes en atenas

Terminó el entrenamiento del Milan y me iba para el hotel donde había quedado con Vicente del Bosque, que le inauguraban una peña (madridista, claro) en Atenas (¡casi ná!). "Mira, Kempes", me dice Julián Avila, como si nada. Seguí andando y tardé en reaccionar cinco segundos. Me giré, le miré y exclamé: "¡El Matador!" Tras explicarle a Avila mi devoción y mitomanía compulsiva con ese tipo que estaba a siete metros, me armé de valor y le entré. Oye, ¿me puedo hacer una foto contigo?. "Dale". Oye, que cómo ves la final, para abrir fuego. "Roja, muy roja. La veo del Liverpool". Oye, que si eres mi ídolo y que te he visto en Mestalla y no me he atrevido a saludarte. "!Tu eres un chivo!" El personaje se aproxima al ídolo. Oye, que si tengo un blog que lo llamó MaTA-dor, por ti, porque me apellido Matallanas y que si tal y 'pascual'... "Ya, sí te leo todos los días". ¡¡¡Qué lees mi blog!!! "No, te leo en el Marca, que nos lo bajamos todos los días en Estados Unidos". Pero yo te digo mi blog, MaTA-dor. "Yo te digo la página 7 de Marca que dice MaTA-dor y eres tú, ¿no?" Dame tu movil, Marito, para meterte un día en la Cope. "Toma. Y el de la empresa. Y llama cuando quieras".

Y así saludé ayer, en el estadio Olímpico de Atenas, a don Marío Alberto. Al gran Kempes. Al Matador.

Un gran día.