Cristiano Ronaldo: "¿Pero qué haces en Macao?"
crónicas asiáticas (II) 2007
Aquí estoy con Mr. Jet Lag enganchado a mi cuello. Siempre había pensado que eso del Jet Lag era una pijada de ‘yuppies’ hasta que me ha tocado viajar. Había encargado melatonina a mi amigo Jorge, que en Nueva York la venden y es el mejor somnífero natural del mundo, según el doctor Maraver, mi endocrino. Pero nos vimos hace dos semanas y no fuimos capaces de que me diese la cajita del asunto ese. Pero bueno, después de estar hasta las ocho de la mañana dale que te pego a la tecla (más que nada desesperado por la tecnología, como ahora, que llevo dos horas para mandar un sonido para El Tirachinas de Munilla, como ayer estuve cuatro, y no hay manera que suba) y me he levantado a las dos y media, más que nada porque la camarera casi tira abajo la puerta de la habitación a puñetazos y sus chillidos estridentes se me metían hasta dentro de los tímpanos.
Mañana no sale Titan Sport (no es diario, se publica lunes, miércoles y viernes) por lo que se aventuraba un día relajado. Pero Antonio Bao me ha metido presión desde la primera llamada: “Hay que hacer a Torres y a Benítez hoy”. Rafa y Fernando me han citado para mañana y no hay mayor problema porque tenemos tiempo.
La presión de los chinos para conseguir reportajes es muy fuerte. Otra cosa es lo que luego hagan o como hagan esos reportajes, que son muy suyos. Igual la fotito conseguida, la que si no la conseguías se acababa el mundo, va como un cromito luego y ni en portada. Pero meten presión y me parece bien, porque si no hay presión en el periodismo la tendencia a acomodarse es innata en el ser humano y luego pasa lo que pasa en algunas redacciones…
La presión que me metieron en Macao fue importante. Habíamos entrevistado ya a Carlos Queiroz, después de que el técnico portugués abandonara la cena oficial para atendernos porque llevaba hora y media de retraso, cuando nos disponíamos a abandonar el hotel del Manchester al no existir noticias de Cristiano Ronaldo (el otro objetivo) más que un escueto sms de respuesta: “Eu nao estou no hotel”. Llamada de Pekín. Lin (en la foto con Cristiano) se puso firmes y empezó a hacer aspavientos, mientras se le hinchaban los mofletes, que querían decir: “No nos podemos mover de aquí, hay que hacer a Critiano”. Yo me hacía el ‘longui’ porque Queiroz se estaba subiendo en el coche oficial para regresar a la cena oficial y no podía demostrar ansiedad por quedarnos hasta que el portugués, que era el que nos había metido al hotel, no se fuera, ya que la nube de tipos de seguridad nos estaban marcando. El jefe de los trajeados me preguntó que si queríamos un taxi para irnos. Yo le dije que en media hora. El tipo dijo que perfecto y nos volvimos hacía el lobby. Yo tenía que ir al servicio y el chino me seguía, mientras yo preguntaba la ubicación de los lavabos, como poseído murmurando, en una mezcla de cantonés, inglés y español, que nos teníamos que quedar, que nos teníamos que quedar. Al no haber ni un baño operativo por la zona del lobby y la cafetería (el Manchester ha estrenado su hotel y no está terminado, no paran de salir obreros todo el rato por las inmediaciones), le echamos morro y nos sentamos en la zona restringida con un escudo del United. “¿Son ustedes del club?”, nos volvió a preguntar el jefe de seguridad. “Somos amigos de Queiroz”. Y allí que nos sentamos. Cerca de una horita. Dos cigarritos. Un capuccino y dos botellitas de agua mineral (Fontvella, por cierto). Y Rui, que no había podido pasar con Queiroz y con nosotros porque el coche oficial sólo tenía dos plazas libres, nos dio el ‘agua’ de que entraba Cristiano.
Aunque sabía por mis mensajes que estaba por allí, Cristiano, después de los saludos iniciales y cuando empecé a grabarle, en lo que Lin nos hacía la fotito de rigor (para Titan), no pudo disimular su asombro por mi presencia: “¿Pero qué haces en Macao?”, cuestionó exclamativamente el astro portugués. “He venido a verte”, me salió de dentro. Cristiano me explicó que no podía hablar, que no quería movidas con Ferguson. Yo le dije que necesitaba sólo unas palabras sobre un chino que juega en el United, que era lo único que me pedían los del periódico y que no le comprometían a nada. Y me dio su OK sin problemas. Hicimos el temita, dos minutos de nada, aunque me quedé con las ganas de preguntarle por el Madrid, su renovación, los 30 kilos de Pepé, de todo lo que había que preguntarle, pero un pacto es un pacto y ya habrá ocasión. Luego estuve veinte minutos de charla privada, intensa y jugosa, que queda entre nosotros, de momento… Ahí os dejo las fotos de y con Cristiano, todo fashion el tío, cuidado hasta el último detalle, gafas al cuello, funda para el móvil de marca, gorrita, bolsito, sus dos pendientitos... Iba hecho un pincelín, vaya, aspirante a icono mundial, si no lo es ya.... Y el sonido de la conversación para que lo escuchéis intentaré subirlo si supero los problemas técnicos (estoy ciertamente desesperado, pero no voy a rayar, no me voy a rayar...).
Con la satisfacción de haber conseguido los objetivos nos fuimos zumbando al hotel de Lin que había que mandar las fotos y las entrevistas de Queiroz y Cristiano. Lin estaba nerviosito porque por primera vez hacía portada en Titan. Y todo hablando del chino que juega en el Manchester United (¡que ahora no me sale el nombre, leches!), que a los chinos realmente lo único que le importan son los chinos. Una vez que mandamos nos fuimos al ferry a toda pastilla para regresar a Hong Kong. Luego me escribí las primeras Crónicas Asiáticas 2007, después dormí unas horitas y después fuimos a picar algo. No estaba mi estómago para soportar comida china y picotee malamente lo que pidieron Rui y su señora (que se ha venido con él a conocer los dos por primera vez Hong Kong, este año no ha podido venir Nini como el año pasado (aunque escriba como si estuviera aquí porque siempre está a mi lado), pero estará, si todo va bien, el próximo año para ver en los Juegos Olímpicos de Pekín su gimnasia y su atletismo).
Me entró mala leche, bajón, ansiedad tras el fútil almuerzo-merienda-cena. “¿Estás triste?”, me decía Rui en el taxi cuando nos dirigíamos a la zona más turística de Hong Kong. Me daban ganas de romper el régimen y ponerme ciego de bollos. Se me había olvidado lo que me había reído con unas esculturas nudistas en mitad del Times Square de HK y de lo que me ha sorprendido en que los dos restaurantes que he comido, en Macao y Hong Kong, todas las camereras van con walkie talkies para comunicarse, con pinganillo, especie manos libres de móvil. Con la visión de la maravillosa, fotogénica y novelesca Bahía de Hong Kong me tranquilicé y fuimos al Gran Hyatt, donde está alojado el Liverpool, a tomar un cafelito. ¡Cómo mola el hotelito! Rápidamente hice un ‘revival’ de cuando estuvimos alojados en ese hotel en 2003, en el Asian Tour del Real Madrid, en la gira de la evangelización madridista (precisamente fue en Hong Kong donde Florentino ofreció su estupendo y nunca bien ponderado discurso de “El Real Madrid ama al pueblo chino”). Mandé un sms a Diego Torres rememorando su escena de comedia madrileña en ese Gran Hyatt, en la que se rompió la cara en la oscuridad de la moderna habitación con la el pico de la mesa... de diseño. Y aproveché para preguntarle si finalmente se iba con Miguélez al Público. “Sigo en EP”, contestaba el gran periodista de El País desde sus vacaciones en el sur de la Península Ibérica, “Ah, el Hyatt de HK! Que nostalgia!”, concluía el sms de Torres, Diego…
Tras tomar un poquito de salmón y algo de fruta, del persuasor buffet del Hyatt, el ánimo se me vino arriba y mucho más tras saludar a Rafa Benítez, Fernando Torres, Xabi, Víctor (el fisio del mus) y Pepe Reina, que tuvo que subir a la habitación a cambiarse porque no llevaba la ropa de paseo y se ganó una multita por el retraso…
Luego volvimos a nuestro hotel y aquí llevo tres horitas luchando con la dichosa tecnología para mandar los sonidos a Munilla y a Caneiro, para El Tirachinas y este post, respectivamente. No me agobia, pero me da que va a ser otra noche frente al ordenador… Igual lo subo sin el sonido de la entrevista y cuando pueda enviárselo a Caneiro me lo sube… Si lo voy a publicar, que llevo cinco horitas intentándolo (aquí son las tres y pico de la mañana) y lo que más preocupa es el sonido para Munilla. ¡A ver si se puede con el FileZilla este!. Bueno, ¡mañana más!
MaTA-dor desde Hong Kong
Hola, soy Caneiro. Ya me llegó el sonido de Mata y aquí os lo dejo.
ESCUCHA A CRISTIANO EN MACAO:Escrito por Matallanas | 9:28 p. m. | Enlace permanente