Real Madrid: jugar bien y perder
JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. Tres derrotas en los últimos tres partidos fuera de casa. Casi dos años sin ganar de visitante en Liga de Campeones (desde que venció el 17 de octubre de 2006 al Steaua de Bucarest). Son datos negativos que no reflejan el buen fútbol que hizo el Real Madrid anoche en Roma. Igual que jugó bien en el Ruiz de Lopera el pasado sábado. Jugó bien y no ganó. Perdió. La situación no es preocupante porque el equipo de Schuster puede remontar perfectamente en el partido de vuelta en el Bernabéu. Pero la tendencia ha cambiado. Antes jugaba mal o discretamente y vencía gracias a su brutal y eficaz pegada. Ahora juega bien, se aproxima a la tan cacareada y buscada excelencia, pero no es tan efectivo y pierde.
Hay lecturas positivas de la derrota como el hecho de que Arjen Robben empieza a rendir. El holandés empieza a justificar los 36 millones de euros que abonó el Real Madrid por su fichaje. Ahora sólo le falta regularidad y continuidad, jugar más de diez partidos seguidos sin romperse. La primera media hora que se marcó ante el Betis ya estuvo de categoría y anoche en el Olímpico de Roma fue el mejor del Real Madrid de largo. Robben demostró versatilidad, movilidad, desborde. Se exhibió como un extremo puro por la izquierda, fue al medio para buscar asociaciones con Guti y Raúl, se cambio de banda y también desbordó. En definitiva, se mostró como un futbolista grande en un primer tiempo formidable, aunque le faltó continuidad y regularidad y se vino abajo en el segundo tiempo.
El Real Madrid afrontaba el partido de Roma como un test. Schuster llevaba varias semanas apuntando que quería ver el nivel del equipo en la Champions League. El primer tiempo lo sacó con nota. Se adelantó con otro gol de listo de Raúl y pudo marcar más dianas. La Roma evidenció que es el menos italiano de los equipos italianos, pero el Real Madrid le manejó bien. La simple presencia de Heinze (que ayer no fue talismán y perdió su primer partido de madridista) refuerza el sistema defensivo madridista, que fue completado por Schuster con Diarrá y Gago. El gol de Pizarro no es achacable a ningún error defensivo porque le cayó el rechace y la empaló.
En el segundo tiempo Spalletti le dio el balón a Schuster y se encomendó al contragolpe. La Roma dio la vuelta al marcador con una contra de manual finalizada por Manzini y el Real Madrid volvió a perder otro partido que pudo e incluso mereció ganar. Buscó el empate (Van Nistelrooy estrelló un balón el poste), la remontada con casta, orgullo y calidad. Pero no pudo ganar otro partido que empezó ganando y que, sobre todo, jugó mejor que el rival. El Real Madrid puede perfectamente remontar (sólo le hace falta un gol, pero volverán las noches mágicas al Bernabéu, el espíritu de Juanito y de las grandes remontadas) y pasar a cuartos de final. El Roma es un buen equipo, pero el conjunto merengue demostró ayer que es mejor. Aunque perdió. ¿Prefieren los madridistas jugar mal y ganar o jugar bien y perder? Absurda pregunta, íntrinseca en el debate eterno que enfrenta a resultadistas y románticos, que se vuelve a repetir. Lo más sencillo y lo más normal, el camino más corto para lograr el triunfo, es jugar bien al fútbol. Y el Real Madrid, de la mano de Schuster, ha vuelto a jugar bien al fútbol.
Escrito por Matallanas | 1:18 a. m. | Enlace permanente