El Calderón estalla
J.G.MATALLANAS. Los aficionados del Atlético han perdido la paciencia. El sábado tiraron de pañuelo para protestar contra entrenador, directivos y jugadores. Después de varios años anestesiados, viendo como fracasaba un proyecto sí y otro también, dos añitos en el Infierno incluidos, los fieles colchoneros mostraron su descontento por el juego de su equipo tras la derrota ante el Betis. La pañolada, los gritos contra Aguirre y los dirigentes, mostraban también el temor de la hinchada a que al Atleti se le escape el objetivo de meterse en Champions.
Después de los dos años en Segunda, la exigencia había bajado entre la mayoría de los aficionados atléticos. Se les ha pedido paciencia y han sido pacientes esperando que les montaran un equipo a la altura de la historia del club. Pero el pasado domingo, la derrota ante el Real Betis y, principalmente, el nihilismo futbolístico de su equipo, que no jugó a nada, les hizo estallar y gritar a los suyos.
El Atlético tiene cinco finales para meterse en Champions, vamos en los puestos que dan derecho a jugar la fase previa de la Champions, que en esos partidos aún no suena la agradable musiquilla que tanto ansían escuchar los 50 mil del Calderón. Tras perder contra el Betis, sigue cuarto por los pinchazos del Racing y Sevilla. Y aún puede conseguirlo. Entonces, ¿por qué no han aguantado más los hinchas colchoneros? ¿Por qué estallan ahora? Quizás no vean en el horizonte ningún síntoma para ilusionarse con su equipo. Quizás consideren que lo que les depara el futuro no esta a la altura de su Sentimiento Atlético, profanado hace cuatro lustros en una estafa permanente.
Los atléticos señalaron a Aguirre y señalaron al palco. El nerviosismo en la zona noble del Calderón es creciente. Al mexicano sólo le sostenía en el cargo Miguel Angel Gil Marín, el que manda en el club. Enrique Cerezo no le hubiera renovado la pasada campaña y Aguirre sólo se salvó por la campana y por lo temprano que empieza la Intertoto. Pero el problema del Atlético no es de entrenador, por más que el equipo no esté nada trabajado y el sistema defensivo sea un fiasco al que han puesto parches con su tremenda pegada Agüero, Forlán, Simao y, a veces, Raúl García y Maxi. El problema del Atlético es estructural. Por más que se haya pretendido estructurar al club como una empresa moderna, con departamentos funcionales, esa estructura no funciona porque depende de una única persona, que no acaba de delegar y esta detrás de todas las decisiones, principalmente las deportivas, que nunca suelen ser acertadas.
La crisis financiera del equipo es comentada por los empleados. Gil Marín busca dinero debajo de las piedras para acabar la temporada y afrontar la nueva campaña. Si el equipo no entra en Champions el problema financiero se agravará de nuevo, porque el equipo cuenta con esos ingresos para apuntalar una plantilla que necesita bastantes retoques después de una inversión de 80 millones de euros para este curso.
Hasta el pasado sábado, la afición del Atlético había tragado con todo. Pero tras la derrota ante el Betis estalló y exteriorizó su hartazgo. Los dirigentes del Atlético no habían recibido nunca tantas críticas desde la grada. Es una incógnita saber cual será su reacción. Pero parece muy complicado que Aguire continué en el Atlético, aunque finalmente consiga clasificarse para la fase previa de la Champions League.
Escrito por Matallanas | 12:23 a. m. | Enlace permanente