Gil Marín y Cerezo deben vender el Atlético de Madrid
La crisis de resultados del Atlético de Madrid ha sumido al club rojiblanco en su crisis institucional más grave de los últimos años. Ayer, los aficionados del Atlético no señalaron al banquillo para culpabilizar a Javier Aguirre por la derrota ante el Valladolid. No sé escuchó el “¡Aguirre vete ya!” de las últimas semanas y todos los reproches fueron hacia el palco del Vicente Calderón, presidido por Enrique Cerezo. Un cambio significativo entre la afición del Atlético, que puede provocar el cese del entrenador mexicano, algo a lo que ayer por la noche se seguía negando rotundamente Miguel Angel Gil Marín, consejero delegado del Atlético, que se encuentra en Dubai.
Con las operaciones del cambio de estadio, del Manzanares a La Peineta, y la de la ciudad deportiva de Alcorcón en marcha, la intención de los máximos accionistas del Atlético de Madrid (Gil Marín y Cerezo) no pasa por vender el club. Pero pueden verse obligados a la venta del club por su nuevo error de cálculo en lo deportivo, con un proyecto que apunta al fracaso porque si el Atlético no se vuelve a clasificar para la Champions la situación financiera del club se tornaría insostenible, por la gran cantidad invertida en fichajes los últimos años que no se vería correspondida con el incremento de ingresos que aporta la máxima competición continental, imprescindibles para la viabilidad económica del Atlético.
Lo mejor que pueden hacer Gil Marín y Cerezo es vender el Atlético de Madrid. No es su intención y, por supuesto, son muy libres de hacer lo que les venga en gana con su propiedad (cómo se hicieron con el club quedó claro en una sentencia del Tribunal Supremo (ver sentencia), pero el delito estaba prescrito y el Atlético de Madrid SAD es propiedad suya), pero la mejor salida es una venta si realmente encuentran un comprador. Gil Marín está en Dubai para negociar el patrocinio del nuevo estadio. Enrique Cerezo viajará también a ese Emirato las próximas horas. Quizás se encuentren por allí con algún millonario árabe que quiera invertir en fútbol y esté interesado en hacerse con la propiedad o un buen paquete de acciones del otrora tercer equipo de España. Sería la mejor decisión que habrían tomado en sus casi 22 años de gestión del Atlético.
Porque el problema del Atlético no es coyuntural, no es un crisis del momento por perder varios partidos, el problema del Atlético es estructural, de falta de proyecto, de seguir una línea coherente. El culpable no es Aguirre, ni lo fue Bianchi, ni Ferrando, ni Manzano, ni Luis Aragonés, Zambrano, Ranieri o Sacchi. Tampoco fueron responsables del empequeñecimiento paulatino del club en los últimos cuatro lustros Miguel Angel Ruiz, Paulo Futre, Toni Muñoz o ahora Jesús García Pitarch. Entrenadores y directores deportivos han sido escudos, paraguas utilizados para seguir la huida hacia delante en busca del proyecto definitivo, y en todo el trayecto han llegado más y más futbolistas, descapitalizando de sentimiento atlético la plantilla porque en el Atlético no hay canteranos implicados como en el Barça (Valdés, Puyol, Xavi, Iniesta, Messi, etc.) o en el Madrid (Casillas, Guti o Raúl…), salvo la excepción de Antonio López. Por eso, y alguna circunstancia más, lo mejor para el Atlético de Madrid sería cambiar de dueños. Pero para eso deben decidir vender sus principales accionistas. ¿Se lo estarán empezando a plantear? Como decía el bolero Lucho Gatica: “Quizás, quizás, quizás…”
Escrito por Matallanas | 8:35 a. m. | Enlace permanente