Goyo Manzano y los invencibles
mata-dor. artículo publicado hoy en marca
Goyo Manzano vuelve hoy al estadio Vicente Calderón. Regresa al estadio donde no triunfó por dos goles de Toledo con el Zaragoza (los únicos que marcó en su carrera) y es que triunfar en este Atlético de Madrid depende de un gol arriba o un gol abajo, porque no hay proyecto ni criterio. Han pasado cinco temporadas y el Atlético, pese a clasificarse para una UEFA y dos Champions, vive la peor crisis desde que Enrique Cerezo sustituyó a Jesús Gil en la presidencia.
Abel siguió de técnico porque cumplió el objetivo, pero si no se llega a meter cuarto, le habrían botado como a Manzano, porque sigue sin haber proyecto. No son casos comparables, pero recordando la marcha de Manzano se detectan los garrafales errores de gestión que provocan que el Atlético haya pasado de ser un grande a un histórico.
Visto lo que han hecho el Atlético y Manzano durante estas temporadas es evidente que fue un error la no continuidad de un entrenador que está demostrando su valía en el Real Mallorca. Se ha quedado sin jugadores un año tras otro y siempre ha salido a flote en el equipo balear. La plantilla que tuvo en el Atlético no tiene nada que ver con la actual que, estando descompensada, es infinitamente mejor que aquella hecha sin un euro.
Hoy que regresa Manzano me gustaría recordar el capítulo Movilla. El técnico jienense se obcecó en no poner a aquel pelado que llevaba el ‘7’, pero la contestación que tuvo de la afición fue sin duda exagerada. Su decisión no atentó contra el sentimiento atlético, como yo pensaba en aquel momento, y, equivocada o acertadamente, obedecía a un criterio deportivo.
Dijo Passarella aquello de que los periodistas somos los invencibles, los que nunca perdemos. Pero a veces, aunque ganemos el debate con margen y nuestra opinión influya, con el paso del tiempo son victorias estériles y absurdas. De lejos dicen que se ve más claro que no es igual quien anda y quien camina. Hasta siempre.
Escrito por Matallanas | 6:49 p. m. | Enlace permanente