Real Madrid: de la Superproducción al Spaghetti Western
Todo lo que rodea al Real Madrid es exagerado, grandioso, espectacular. En el triunfo y en la derrota todo lo que genera el Real Madrid es desmesurado. Y las etiquetas y los calificativos y las críticas, positivas y negativas, constructivas y destructivas son desproporcionadas al enjuiciar cualquier partido, cualquier fichaje, cualquier proyecto del Real Madrid.
Igual que se tituló la anterior etapa de Florentino Pérez con el famoso y manoseado eslogan Zidanes y Pavones, al captar Jorge Valdano (buen futbolista, buen entrenador, excepcional escritor y actual director general) la idea de un artículo de Roberto Palomar en Marca, la actual etapa la bautizó como la Superproducción. Una película hollywoodiense producida sin reparar en gastos por Florentino Pérez que fue recibida muy bien por los críticos y devolvió la ilusión a la afición del Real Madrid.
Pero cuando se ha estrenado la Superproducción, resulta que el camino a los Oscar, que se antojaba relativamente sencillo, se está complicando y de repente están apareciendo numerosos fallos de racord, los actores no se saben el guión y no están a la altura interpretativa ni salarial que se les presuponía. Y ante el Milan la Superproducción se convirtió en un rancio spaghetti western, con una derrota dolorosa en la competición preferida de los madridistas.
Se puede enderezar y el Madrid por supuesto que puede jugar bien al fútbol y, sobre todo, ganar la mayoría de los partidos con su formidable pegada, pero la ausencia de varios actores principales, especialmente la del galán portugués, la gran estrella, ha demostrado que el plantel de intérpretes está descompensado y para la proyección ante el Milan no había ningún revulsivo para que el film acabara con final feliz.
El Oscar a la mejor película se decidirá en la final de Champions que se celebra el próximo mes de mayo en el Bernabéu. Si el Real Madrid no llega a ser siquiera nominado será un petardazo de dimensiones astronómicas. Para las nominaciones de octavos de final se antoja complicado que llegue el actual director, que más que un director es un ayudante de cámara. El Spaghetti Western puede volver a ser de nuevo una Superproducción. Pero Florentino debe ser de verdad el Clint Eastwood de Sin perdón.
P. D. Siguiendo con los símiles cinematrográficos, lo del Atlético de Madrid si que es una película de serie B, una españolada rancia (las hay buenísimas, muchas en la colección del productor don Enrique Cerezo Torres). Ayer interpretaron un capítulo de los más bochornosos de su historia, y mira que han rizado el rizo del ridículo en los últimos años, con Abel despedido sin comunicárselo y negociando con Laudrup que anteponía el Villarreal al Atleti. El señor Cerezo pasará ahora a mandar porque Gil Marín dará un paso al costado y dejará la gestión del club al que hasta ahora presidente de manera testimonial. Cerezo, si no es un paripé de Gil Marín, tendrá plenos poderes. Que tenga suerte. De corazón. Por el bien del Atlético de Madrid.
Escrito por Matallanas | 4:18 p. m. | Enlace permanente