Los cuatro sombreros nunca vistos de Pelé (Por Juni Calafat)
SUertes del fútbol
Por Juni Calafat
Desde que se despidió de los terrenos de juego el 1 de octubre de 1977 en Nueva York en el partido Cosmos-Santos, periodistas, especialistas, y aficionados de todo el mundo no se han puesto de acuerdo para elegir el mejor gol del rey del fútbol. Es una pena que jugadas antológicas como su regate con el cuerpo a Mazurkiewicz en el Brasil-Uruguay de México 70, o su disparo desde el centro del campo contra Checoslovaquia en el mismo torneo, no cuenten porque, desgraciadamente y por muy poco, no subieron al marcador.
Fueron 1262 goles en los que destacaron carreras memorables, desbordes inverosímiles y principalmente, una capacidad nunca vista para finalizar las jugadas con ambas piernas y cabeza.
La genial arrancada que hizo un joven Edson Arantes do Nascimento en el estadio Maracaná regateando a siete jugadores del Fluminense en cuarenta metros y finalizando con su típico salto dando un puñetazo al aire como celebración, fue llamado “Gol de Placa” y hasta hoy es recordado con una placa conmemorativa en el museo de este grandioso estadio.
Compañeros de la época, como Coutinho, lo descartan como mejor gol ya que, según ellos, ese tipo de jugadas las hacía Pelé por la mañana, por la tarde, por la noche, o incluso dormido.
Para el propio Pelé su mejor gol lo marcó el 2 de agosto de 1959 . Era un partido del campeonato paulista entre Juventus y Santos. Él ya era campeón del mundo y con apenas dieciocho años su fama provocaba que a su paso se llenaran todos los estadios. El estadio de Rua Javari, en el barrio paulistano de Móoca, no fue una excepción y estuvo repleto aquella tarde.
Un Pelé poco participativo y fuera del partido mandó una falta cercana al área rival a las nubes por lo que la hinchada de Juventus empezó a gritar e insultarle. Esa provocación despertó al diez del Santos que con su mano derecha hizo un gesto a la afición como diciendo “¡Ahora veréis!”.
Unos pocos minutos después, una fantástica jugada de Dorval por la banda derecha acabó con un centro a la entrada del área. Julinho era el encargado de marcar al diez y ser su sombra durante todo el partido. En esta jugada estaba muy encima y pensaba que llegaba a adelantarse con la cabeza, pero Pelé toca el balón con su bota derecha haciéndole directamente un sombrero. Clovis y Homero salen a la cobertura viendo como por segunda y tercera vez consecutiva el balón pasa por encima de sus cabezas con un pequeño toque entremedias y sin dejar que bote.
La última oportunidad para mantener intacto el honor de los defensores era la salida del guardameta apodado 'manos de tigre'. Tanto Julinho como Clovis y Homero se sintieron más tranquilos al oír el rugido del tigre “¡Mía , mía!”, pero la velocidad del delantero y un sutil toque hicieron que el portero de Juventus se llevara una gran decepción al no poder coger absolutamente nada con sus dos grandes manos. El balón ya le había sobrepasado, otra vez, por arriba. Lo culmina Pelé con un sencillo toque de cabeza a puerta vacía.
La afición de Juventus se levantó y coreó su nombre por más de diez minutos. Parecía no importarles absolutamente nada la derrota por 2 goles a 4 en su propio estadio.
Esta maravilla no fue captada por las cámaras de televisión, pero la tecnología y la ayuda de muchos de los presentes (jugadores y público) han permitido reconstruirla y poder disfrutar ahora del “Gol de los cuatro sombreros”, que marcó el mejor jugador de la historia de este deporte.
Escrito por Matallanas | 12:50 a. m. | Enlace permanente