El Comité indulta a Ujfalusi y el Juzgado lo condena (Por José Manuel García)
el butacón del garci. artículo publicado en el confidencial
Por José Manuel García
Pep Guardiola mea colonia, a Messi le duran las muletas veinticuatro horas, a Ujfalusi la sociedad en general lo cuelga del palo mayor por haber entrado como un elefante en una boutique de cristales de cerámica de Lladró sobre el tobillo derecho del '10' de todos los argentinos y los barcelonistas. Y los cracks del Comité de Competición hacen lo que siempre han hecho: tirar para Roma o tirar para Santiago. O sea, lanzarse al agua con flotador y cinturón de seguridad: dos partidos y aquí no pasa nada.
Porque no ha pasado nada: el tobillo del Beethoven del fútbol está dolorido pero seguirá destilando esencias; sólo fue el susto de una tarde de verano, una rabieta de turno, un conglomerado de nubes negras el día que el Barcelona puso una pica en el Vicente Calderón tras un larguísimo período de pinchar en hueso. Ujfalusi verá su nombre restituido, y dentro de dos partidos será el de siempre, miembro intachable del club de los señoritos, y no se notará ni una mota su estancia en el corredor de los carniceros que, vaya por Dios, un día lo fueron Javi Navarro o un histórico llamado Cortizo. O Goikoetxea. Que eso sí fueron carne de escarnio público, fruta madura del escándalo social.
Ujfalusi no. Que no. Pues miren ustedes, sí. Yo vi el otro día una entrada durísima, un entradón canalla, de los de rabia frustrada, de los de mear más largo, una entrada chulesca y bajuna. Lo vio el árbitro y por eso sacó sin dudar un segundo la cartulina roja. A Guardiola se lo llevaban los demonios y no pudo tragar más quina. Por eso salió con la colonia Armani. Lo mejor fue que el tobillo de Messi se desinfló y los médicos del Barça observaron con alivio que el argentino volverá a ejercer de mago para deleite de los aficionados.
La noche del domingo, el lunes entero y parte del martes cayeron como el agua en una gota fría los comentarios, los sesudos análisis de los críticos, los debates nacionales: se paralizó el mundo con el tobillo de Messi y la deleznable acción de Ujfalusi. Hasta que el Comité de Competición dictó la habitual sentencia. Dos partiditos y vámonos que llegamos tarde a la fiesta.
El checo Tomás Ujfalusi, por cierto condenado por la Justicia a indemnizar al Sevilla con 1.850.000 euros, más las costas del juicio, por incumplir un contrato que previamente había firmado con el club nervionense, descansará esta semana, disputará un partido de la Europa League y regresará a nuestra Liga, precisamente en Nervión, el primer domingo de octubre. Dicen que ha apelado para evitar la sangría económica.
Pero nuestro fútbol, el mejor de Europa y del mundo, sigue en paños menores de despachos adentro. Las varas de medir resisten la jubilación. Messi regresará de aquí a nada y volverá a las diabluras, lo mismo que Ujfalusi a trazar el pasillo por la derecha. En el Espanyol andan buenos con el árbitro. Dos de los suyos vieron la roja, uno por toser a CR7. Tuvo suerte. No hubo lesión. Otro día será. Otros tendrán peor suerte. ¿Y todavía dicen que somos los mejores?
Escrito por Matallanas | 9:27 p. m. | Enlace permanente