Ronie, hambre de gol
Su gol fue lo mejor del clásico. Su actitud, inmejorable. Demostró al mundo que en el Mundial estará ahí, haciendo lo que sabe: golear. Ronaldo es un ser hambriento de gol. No puede vivir sin protagonizar la suerte suprema del balompie. En el Camp Nou volvió a demostrar su jerarquía.
Roberto Carlos fue la cruz del clásico. Su expulsión ha colmado la paciencia de muchos madridistas que ya no le pasan ni una. Dejar a su equipo con diez en un choque tan importante para reforzar el orgullo madridista es una afrenta que muchos seguidores aseguran no le van a perdonar. Todo se olvida. Y también olvidarán este desliz de Roberto Carlos. Fijo.
Y Raúl no jugó ni un minuto...
Escrito por Matallanas | 2:39 p. m. | Enlace permanente