Madrid me Mata, (Sport, 6-5-06)
“¿Va a acometer un ‘plan renove’ de galácticos?”, preguntaba un periodista a Florentino Pérez el día siguiente de arrasar en las elecciones del Real Madrid en julio del 2004. En la sala había siete periodistas más y el reelegido presidente, prácticamente por unanimidad por los socios madridistas, hizo una mueca para contestar: “¿Un plan renove? Pero si están todos bien y a todos les queda mucho fútbol para dar alegrías a la afición. Qué va, qué va…” El año siguiente, Figo, el primer galáctico, se iba del Real Madrid enfadado por lo que después denunció como traición del hombre que le trajo y al que hizo ganar las elecciones del 2000. Menos de dos años después, Zidane anuncia que se retira del fútbol harto de no ganar nada en tres temporadas. El ‘plan renove’ de ese grupo de jugadores que cautivaron al mundo al ser reclutados para un mismo equipo por Florentino se ha realizado sin grandeza y de forma traumática, sobre todo en el caso de Figo. Para Zinedine Zidane la despedida del Bernabéu será mañana por todo lo alto y los madridistas se romperán las manos aplaudiéndole por el golazo de la Novena en Glasgow y por dormir la pelota en sus botas y su baile y armonía en la conducción de ese balón domado.
La despedida de Zidane llega en el mejor momento de la temporada para el equipo. El conjunto merengue ha recuperado la segunda plaza y tiene en la mano conseguir su único objetivo posible, y obligatorio. El mejor momento no por juego, que el Madrid apenas ha deslumbrado esta campaña, que jugado muy mal, vaya, sino por el compromiso, la casta y la actitud de los últimos partidos. Por cómo se han fajado en el campo de Osasuna y han dado la cara, imbuidos por el empuje de Pablo García y Michel Salgado, en El Sardinero ante el Racing. Es lo mínimo que se les pide a los jugadores blancos y lo han cumplido con un club descabezado por la marcha a los bastidores del club de Florentino y la ‘expulsión’ de Fernando Martín de la poltrona que le dio FP. El dominio del FC Barcelona por segundo año en la Liga se ha soportado malamente en el Foro y el adiós de Zidane distraerá mañana un rato a los madridistas que miran de reojo a la fiesta de fútbol y títulos que viven los culés en la Ciudad Condal.
La segunda plaza, que salvo accidente o nuevo desplome parece amarrada, no va a tener incidencia en el proceso electoral del Real Madrid porque nadie puede sacar pecho por ser segundo, nadie se puede apuntar una medalla por una clasificación a la que está obligado el Real Madrid por presupuesto y potencial. Dicen los que dicen que saben de esto, de las tuberías del Real Madrid, que las elecciones las ganará el candidato que designe Florentino Pérez, que maneja todo desde la retaguardia, porque tiene controlado el voto por correo. Pero desde el fichaje de Figo, en aquellas elecciones del Madrid, puede pasar cualquier cosa. ¿Quién se imaginaba en abril del 2000 que Figo, buque insignia culé entonces, iba a abandonar dos meses después el Barça para irse al Real Madrid? Nadie. Era un imposible. ¿Y quién puede asegurar ahora que a un candidato forrado de dinero, o con un avalista o mecenas multimillonario detrás, no le dé por pagar la cláusula de rescisión de Messi? ¿O de Ronaldinho? Alguno está haciendo números. Pero eso es un imposible. ¿O no?
Escrito por Matallanas | 1:50 p. m. | Enlace permanente