Crónicas Asiáticas. Día 1. Real Madrid, Asian Tour 2003. La evangelización. (Marca, 26-7-03)
El viaje
El Madrid partió a Asia con 40 minutos de retraso. En Barajas se armó la marimorena a la llegada de Beckham. David se sintió a gusto cuando se instaló en el asiento 4-D del Airbus de Malaysia Airlines. Rodeado de sus compañeros, el inglés se sintió uno más. En el guión original llevaba a su lado a Cambiasso, pero el argentino cambio su asiento a McManaman y el inglés se sentó con su compatriota y el argentino con su compatriota Solari.
Rápidamente los jugadores se enfundaron en sus ‘trajes de combate’ para las 14 horas de vuelo. Cada uno improvisó un pijama con camisetas y pantalones cortos de su marca deportiva. Así Raúl iba de Adidas, Helguera, de Nike, Chendo, de Puma. Salvo Butragueño, que llevaba una camiseta parecida a la de Raúl, pero el pantalón largo delataba que era un pijama normal y corriente. Queiroz y sus ayudantes se pusieron el chándal oficial del Real Madrid. Pero el técnico luso usaba zapatos y la escena quedaba un poco a lo de ‘con chándal y tacones, arreglada, pero informal’ de Martirio.
Las azafatas, exóticas en su rostro y su florida vestimenta, servían bebidas. No había Coca-Cola: “Esto es que lo debe patrocinar Pepsi por Raúl y Beckham”, bromeaban varios viajeros mientras le daban al naipe.
El doctor Del Corral y el doctor Hernández viajaron en animada de conversación. Nadie les habló de Milito. Aunque por separado todo el mundo les preguntaba por el descarte del central argentino. El doctor Serratosa, nuevo en estas lides, comprobó la profesionalidad de todos los jugadores: “Se les ve que han viajado mucho y saben lo que tienen que hacer para combatir el jet lag y descansar lo máximo en el avión”, comentó en ‘Cuidate’ de Radio Marca en una conexión en directo a 11.300 metros de altura a las 21:50 horas, cuando el avión atravesaba Arabia Saudí a escasos kilómetros de Bagdag.
Después de la cena, el que pudo durmió. Ronaldo sólo se despertó para comer. Y a las 3:00 de la mañana hora española, la eficiente tripulación dio el desayuno. Cuando quedaba una hora escasa para aterrizar, desde la parte de atrás se pudo ver a Beckham. David se hizo fotos y firmó autógrafos a toda la tripulación, que esperaron pacientemente a que el inglés saliera del baño, donde muchos apostaban que se estaba afeitando... pero salió con la misma barba de tres días con la que llegó a Barajas. Beckham fue la atracción en el vuelo... y en la llegada.
El Madrid partió a Asia con 40 minutos de retraso. En Barajas se armó la marimorena a la llegada de Beckham. David se sintió a gusto cuando se instaló en el asiento 4-D del Airbus de Malaysia Airlines. Rodeado de sus compañeros, el inglés se sintió uno más. En el guión original llevaba a su lado a Cambiasso, pero el argentino cambio su asiento a McManaman y el inglés se sentó con su compatriota y el argentino con su compatriota Solari.
Rápidamente los jugadores se enfundaron en sus ‘trajes de combate’ para las 14 horas de vuelo. Cada uno improvisó un pijama con camisetas y pantalones cortos de su marca deportiva. Así Raúl iba de Adidas, Helguera, de Nike, Chendo, de Puma. Salvo Butragueño, que llevaba una camiseta parecida a la de Raúl, pero el pantalón largo delataba que era un pijama normal y corriente. Queiroz y sus ayudantes se pusieron el chándal oficial del Real Madrid. Pero el técnico luso usaba zapatos y la escena quedaba un poco a lo de ‘con chándal y tacones, arreglada, pero informal’ de Martirio.
Las azafatas, exóticas en su rostro y su florida vestimenta, servían bebidas. No había Coca-Cola: “Esto es que lo debe patrocinar Pepsi por Raúl y Beckham”, bromeaban varios viajeros mientras le daban al naipe.
El doctor Del Corral y el doctor Hernández viajaron en animada de conversación. Nadie les habló de Milito. Aunque por separado todo el mundo les preguntaba por el descarte del central argentino. El doctor Serratosa, nuevo en estas lides, comprobó la profesionalidad de todos los jugadores: “Se les ve que han viajado mucho y saben lo que tienen que hacer para combatir el jet lag y descansar lo máximo en el avión”, comentó en ‘Cuidate’ de Radio Marca en una conexión en directo a 11.300 metros de altura a las 21:50 horas, cuando el avión atravesaba Arabia Saudí a escasos kilómetros de Bagdag.
Después de la cena, el que pudo durmió. Ronaldo sólo se despertó para comer. Y a las 3:00 de la mañana hora española, la eficiente tripulación dio el desayuno. Cuando quedaba una hora escasa para aterrizar, desde la parte de atrás se pudo ver a Beckham. David se hizo fotos y firmó autógrafos a toda la tripulación, que esperaron pacientemente a que el inglés saliera del baño, donde muchos apostaban que se estaba afeitando... pero salió con la misma barba de tres días con la que llegó a Barajas. Beckham fue la atracción en el vuelo... y en la llegada.
Escrito por Matallanas | 10:03 a. m. | Enlace permanente