Crónicas Asiáticas. Día 8. Real Madrid, Asian Tour 2003. La evangelización. (Marca, 2-8-03)
La guerra de los mosquitos
Segundo viajecito, primero interasiático. Y empezó mal. El airbus 330 de Malaysia Airlines se llenó de mosquitos. Se inició la guerra con la insoportable y desagradable comitiva de despedida de Kunming voladora. Friginal y Felix, el ‘capitán mosquito’ mermaron los efectivos del ejercito de ‘chupasangres’ armados con cojines y toallitas humanas que impactaban contra los asientos y el techo del avión. Se sumaron varios efectivos al ejercito de periodistas, pero la guerra estaba perdida hasta que apareció el sobrecargo con un insecticida que aniquiló a los mosquitos.
Antes de despedirnos de Kunming hubo otro sobresalto. La aeronave sufrió un apagón. Y muchos recordaron al pajarraco que se coló en el motor en Moscú. “Mata más gente el tabaco que los aviones y he perdido el miedo a volar”, cantaba uno a La Cabra Mecánica. “Calla, que nos quedan muchos vuelos por Asía”, le decía otro. “Pues me voy a fuma, que se mueren todos los mosquitos”. Y se abrió la veda a los cigarrillos. La primera partida de mus del viaje en que participamos la ganamos Carbajosa y un servidor a Felix y Raquel Criado de Telemadrid. Los cuatro chinos que viajaban con miraban la partida con curiosidad. Le dan mucho al naipe en China, pero de amarracos y duples no saben ni papa.
Tras el entretenido vuelo, en Pekín esperaba otra batalla. La policía china ofreció más resistencia que los mosquitos. La reyerta trajo consecuencias y reuniones en el hotel. Raúl, sentimiento atlético en estado puro, demostró que sabe llevar los galones y se tiró un cuarto de hora dando calor a los periodistas. Humano, vaya, sacando el chaval de barrio que fue y quitándose la coraza a través de la que sólo muestra sus ojos de lobo cuando se mosquea. Que sí, que estuvo fenomenal el ‘capi’.
Ya en Pekín, después de trasnochar para nada, para acabar indignados con ‘Lord’ Hachtwel, que nos quería hacer ver lo blanco negro y que ASD lo está haciendo impecable, dimos buena cuenta del segundo Big Mac de la gira asiática. Lo del encuentro con los fans fue de risa. Cinco madridistas, los seis galácticos menos Roberto Carlos, firmaron a 23 fans, mientras el resto contemplaba la escena. “¿Y donde están los miles y miles que se agolpan en el hotel?”, pregunta Bretones en la inexistente zona de Prensa, porque en la grada hay un millar nada más. Seguro que cobran entrada, comenta Cabajosa que está indignado porque los chinos no dejan sus cabinas para cargar la batería del ordenador, que no son tan amables, oiga. Y el Madrid empieza a entrenarse en el estadio de Los Trabajadores y sale el segundo espontáneo. Llevamos uno por ciudad...
Segundo viajecito, primero interasiático. Y empezó mal. El airbus 330 de Malaysia Airlines se llenó de mosquitos. Se inició la guerra con la insoportable y desagradable comitiva de despedida de Kunming voladora. Friginal y Felix, el ‘capitán mosquito’ mermaron los efectivos del ejercito de ‘chupasangres’ armados con cojines y toallitas humanas que impactaban contra los asientos y el techo del avión. Se sumaron varios efectivos al ejercito de periodistas, pero la guerra estaba perdida hasta que apareció el sobrecargo con un insecticida que aniquiló a los mosquitos.
Antes de despedirnos de Kunming hubo otro sobresalto. La aeronave sufrió un apagón. Y muchos recordaron al pajarraco que se coló en el motor en Moscú. “Mata más gente el tabaco que los aviones y he perdido el miedo a volar”, cantaba uno a La Cabra Mecánica. “Calla, que nos quedan muchos vuelos por Asía”, le decía otro. “Pues me voy a fuma, que se mueren todos los mosquitos”. Y se abrió la veda a los cigarrillos. La primera partida de mus del viaje en que participamos la ganamos Carbajosa y un servidor a Felix y Raquel Criado de Telemadrid. Los cuatro chinos que viajaban con miraban la partida con curiosidad. Le dan mucho al naipe en China, pero de amarracos y duples no saben ni papa.
Tras el entretenido vuelo, en Pekín esperaba otra batalla. La policía china ofreció más resistencia que los mosquitos. La reyerta trajo consecuencias y reuniones en el hotel. Raúl, sentimiento atlético en estado puro, demostró que sabe llevar los galones y se tiró un cuarto de hora dando calor a los periodistas. Humano, vaya, sacando el chaval de barrio que fue y quitándose la coraza a través de la que sólo muestra sus ojos de lobo cuando se mosquea. Que sí, que estuvo fenomenal el ‘capi’.
Ya en Pekín, después de trasnochar para nada, para acabar indignados con ‘Lord’ Hachtwel, que nos quería hacer ver lo blanco negro y que ASD lo está haciendo impecable, dimos buena cuenta del segundo Big Mac de la gira asiática. Lo del encuentro con los fans fue de risa. Cinco madridistas, los seis galácticos menos Roberto Carlos, firmaron a 23 fans, mientras el resto contemplaba la escena. “¿Y donde están los miles y miles que se agolpan en el hotel?”, pregunta Bretones en la inexistente zona de Prensa, porque en la grada hay un millar nada más. Seguro que cobran entrada, comenta Cabajosa que está indignado porque los chinos no dejan sus cabinas para cargar la batería del ordenador, que no son tan amables, oiga. Y el Madrid empieza a entrenarse en el estadio de Los Trabajadores y sale el segundo espontáneo. Llevamos uno por ciudad...
Escrito por Matallanas | 4:22 p. m. | Enlace permanente