Real Madrid: inversión en veteranía para ganar (rápido) y no para vender camisetas
Se está discutiendo, desde el propio madridismo, la conveniencia de la inversión en jugadores que empiezan la treintena. Se argumenta que la inversión de 15 millones en Van Nistelrooy o de otros 15 millones de euros en Fabio Cannavaro es una inversión a fondo perdido porque el club no la recuperará, probablemente, con un traspaso posterior. Y eso ya lo saben los nuevos responsables madridistas. Son inversiones realizadas con el objetivo de obtener un título, si el Real Madrid obtiene Liga o Champions (la Copa no cuenta para los blancos), los fichajes estarían amortizados porque Capello pararía la peor crisis de resultados del ‘Mejor club del Siglo XX’ (como acredita el anagrama que lleva ahora en la parte izquierda de su camiseta) desde la Guerra Civil. Con Florentino la inversión se hacía para vender camisetas. Se pensaba en el fútbol, por supuesto, porque la llegada de Figo o Zidane ilusionó y mucho a la afición madridista. Así como la de Ronaldo. El fichaje de Beckham se hizo únicamente pensando en parámetros de mercadotecnia, porque en el plano futbolístico se sabía que se trataba de un jugador de brega, peleón, con unos pases formidables, pero poco más. Pero Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham, unidos a Roberto Carlos, Raúl, luego Casillas… Los denominados ‘galácticos’ no lograron formar un bloque, era un ramillete de grandes individualidades que después de ganar todo, perdieron el hambre, no realizaban buen fútbol, no tenían equilibrio (la marcha de Makelele destrozó el proyecto porque se fue el que sostenía el talento) y el proyecto de las superestrellas agonizó y fagocitó a su creador Florentino Pérez.
Camacho se marchó y, por madridismo, no denunció públicamente porque hacía una nueva espantada: los jugadores estaban por encima del club, eran multinacionales que facturaban para ellos un porcentaje y otro para el club. El marketing estaba por encima del fútbol y si uno se tenía que perder un entrenamiento para hacer un anuncio, pues se lo perdía. No existía jerarquía en el vestuario. Desde la marcha de Fernando Hierro nadie fue capaz de aglutinar al grupo, de liderar la caseta y se hicieron dos grupos: los brasileños y los españoles, claramente enfrentados y liderados por Ronaldo y Raúl, respectivamente.
Florentino Pérez se marchó meses después dando la razón a Camacho porque en su explicación de los motivos de su huida (se arrepintió al día siguiente de irse y ahora aún más porque no ha podido controlar su sucesión y sufre sobremanera viendo a Ramón Calderón como presidente) reconoció todos los errores que le había dicho Camacho que estaba cometiendo. Tras la eliminación de la deuda histórica (luego se la ha ‘comido’ toda en los ‘galácticos’), el proyecto deportivo fue una falacia apoyada y alimentada desde los medios (la llegada de Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham hace vender muchos periódicos). La falacia deportiva (también para los medios porque si el Real Madrid no gana, bajan las ventas) se plasmó en tres años sin ganar títulos, en una plantilla descompensada con overbooking de mediapuntas, en una plantilla veterana que pudo ser renovada en su día, pero Zidane iba a ser eterno jugando de líbero… Se atentó contra las normas del fútbol, contra las leyes universales del balompié y se pagó. Y cuando no ganas, dejas de ingresar, de ejemplo está el Manchester, paradigma del marketing futbolístico, que cuenta con una deuda de mil millones de euros y con contratos cancelados, como el de Vodafone, por la ausencia de títulos. Y el Real Madrid corre ese peligro si no vuelve a ganar rápido.
Ahora, con fichajes de jugadores veteranos, el Real Madrid quiere volver a la senda del triunfo. En el 96, con Capello también como gran estrella del equipo en el banquillo, se eligió al técnico italiano para pasar la transición. Entonces, escribo de memoria, se fichó a Suker, Mijatovic, Alfonso, Seedorf, Roberto Carlos, Petkovic Y Secretario. Luego llegaron Panucci e Illgner. Esta temporada ya han llegado Cannavaro, Emerson y Van Nistelrooy. Llegarán Abidal y Diarrá, probablemente. Y Calderón hará lo imposible por traer a Kaká, pero es muy, muy complicado que logré convencer a un Milan poderoso y cerrado en banda. Ese será el principal problema de Ramón Calderón: no cumplir las promesas electorales y no ser capaz de fichar a Kaká, Cesc y Robben. Y el siguiente capítulo es el de las bajas. A ver como gerencia las salidas de Roberto Carlos y compañía… Ese es otro capítulo. Como el de las críticas al juego del equipo, que a buen seguro arreciarán, aunque vaya ganando. Pero es que con Capello no se pretende dar espectáculo. El objetivo es ganar de nuevo.
Escrito por Matallanas | 11:36 a. m. | Enlace permanente