El Rincón de Judas
Por Antonio Sanz
“Aquí me tenéis: soy los ojos de Mata. ¡Vaya tela! Esto de la tecnología no hay quien lo entienda, al menos, a mí me supera. Acabo de colgar telefónicamente al 'jefe' del blog -uno trabajando tantos años en las praderas de los indios que admite, como bien dice Gaspar Rosety que “sólo los indios tienen jefe”-. Así las cosas, y con el inicio de la Liga -desde el 21 de agosto-, me incorporo a esta pasión del internet (uno que no dispone ni de ordenador en casa). Será desde mi Bahía particular. Espero ser fiel a mis ideas y leal a mis principios. Mientras, os transmitiré lo que MaTa-dor me suelte desde China”.
Así comencé mi aventura espacial. Sí, porque a mí lo de Internet me suena al espacio. Me suena a desconocido. Me suena a diferente. Admito mi absoluta bisoñez. Recurro a los que saben y cuento con mi amigo Luís Cuenca que está desempolvando mi ignorancia. Aquí me siento lejos de la inmediatez de la radio, de la tinta del periódico y de lo rotundas que muchas veces son las imágenes de televisión. Uno que ha hecho casi de todo –hasta pinché discos en dos emisoras-, se encuentra con el vacío que supone penetrar en lo ajeno. Y desde hoy arranco. ¿Hasta cuando? Hasta cuando decida Mata… o vosotros, si me echáis a gorrazos.
Quiero empezar recordando a un protagonista del verano. Un futbolista que sufre en silencio. Un deportista que vive preso de la sinrazón. Esa que, a veces, ni se percibe ni se comprende. No es justo el ostracismo obligado al que han sometido a García Calvo. No es justa la situación que viven los futbolistas apartados en el Atlético de Madrid. No es justa la falta de memoria. No es justo el trato recibido. No es justo que tengan que soportar este calvario. No es justa la ausencia de comunicación. No es justo…
Recuerdo ahora los tiempos, no tan lejanos, cuando algunos nos subimos al barco de la Segunda división. No era fácil para muchos sumarse a esa aventura. Más de un futbolista dijo ‘no’. Más de un futbolista no quiso ni asomarse al precipicio que provocaba el vértigo del infierno. Más de un futbolista negó a Paulo Futre. García Calvo, no. García Calvo se sumó al reto de devolver al Atlético a la Primera. Contaba con un ofertón del Villarreal, pero dijo ‘no’. Bajaba un escalón desde Valladolid. Pero no le importó más desafío que lograr el ascenso. Cinco años después y sin motivo aparente le han dado con la puerta en las narices. Algún sargento chusquero, con aires de comandante, le ha puesto la cruz y le ha mandado al patio de castigo. Tan marcial está el asunto que hasta la dirección deportiva se escuda en su secretaría para comunicar al grupo los reiterados cambios de día y hora de entrenamiento.
Recuerdo que hace tres temporadas se vivió una situación parecida. Entonces, Toni Múñoz se comió el marrón de ‘echar’ a nueve jugadores –alguno con quién había compartido vestuario como Roberto Fresnedoso, Juan Carlos o Correa-. Ninguno resultó apartado. Hasta que encontraron equipo se ejercitaron con el resto del grupo. Sólo cuando Gregorio Manzano trabajaba la táctica, se dedicaban a jugar al futvoley. No resultó cómodo para ninguno, pero la convivencia caminó por el sendero de la razón. Al menos, se sentían futbolistas.
Esta es la parte ingrata del Fútbol. Esta es la parte oscura de este negocio. Esta es la marginación que no está pagada, pese a las muy altas fichas que tienen firmadas. La mejor solución, su inmediata salida. Pero, entiendo, no va a ser fácil. Las partes se han distanciado y el rencor preside la negociación de despedida.
Ánimo a Miguel de las Cuevas.
Qué lástima lo que le ha sucedido a Miguel de las Cuevas. Qué escasa fortuna para un joven futbolista que salió de Alicante dispuesto a abrirse hueco entre los grandes. Qué calvario para los próximos cuatro meses. El Fútbol tiene una parte de ingrato y vaya por delante estos dos ejemplos que hoy tratamos. No es comparable, pero sí son validos para que veamos que no todo es ‘salsa rosa’ en este deporte. Animo Miguel. Tienes raza y casta. Energía y condiciones. Fuerza y entereza. Saldrás adelante.
Vuelvo a ilusionarme.
Vuelvo a compartir firma. Vuelvo a compartir proyecto. Vuelvo a ilusionarme con el periodismo. No sé lo que durará esta aventura, pero sí tengo claro que aprovecharé la oportunidad que me brindas. Gracias, ‘Gordo’.
Adiós Cándido
Me vienen a la memoria mis ya lejanos tiempos en la Facultad de Periodismo. Entonces, con mi inseparable buen y leal amigo Tino Ricote, nos devorábamos a la mayoría de los columnistas de la Prensa nacional. Nuestro favorito era Carlos Luis Alvarez. Por eso, vaya mi recuerdo. Hasta siempre Cándido.
Escrito por Antonio Sanz | 10:01 a. m. | Enlace permanente