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domingo, noviembre 19, 2006

Una de piratas. (DoMingo, 28-3-04)

De los chivatos a los ‘abrasa-fuentes’

El secreto profesional es un derecho imprescindible para el que ejerce la profesión periodística. El periodista vive de la gente que el cuenta cosas y ese gente debe estar protegida en el anonimato. Se de la circunstancia de que esas personas, protegidas por el secreto profesional, se les denomina de maneras diferentes en función de si te cuenta a ti o le cuenta a otro. Para uno es una fuente y para el otro, el de la competencia que no ha ‘rascado’ la información, es un chivato. Le califica así de forma despectiva, porque supone que es el que ha largado. Sin ninguna prueba ni evidencia. Es incomprensible que un periodista llame chivato a una fuente de información. Los periodistas debemos trabajar con la premisa vital de que “antes la muerte que revelar la fuente”. Pero la fanfarronería innata de los informadores, ese egocentrismo que salpicamos las nuevas generaciones sobre todo, aunque contando como modelos a muchos dinosaurios y plumillas, mediáticos de la vieja guarda que van de números uno simplemente por audiencia que tienen, hace que corran peligro esos personajes vitales que te cuentan una historia o te ponen en la pista de una noticia.
Cuando sacas la noticia la pregunta o la afirmación suele ser la misma, provenga de tu superior, tus compañeros, tus familiares o tus colegas del barrio: “Te la ha contado fulanito, ¿verdad?” Si es tan evidente la insistencia pasa por un “¿quién te lo ha contado?” repetido hasta la saciedad. Entonces, el periodista corre el riesgo de creerse protagonista y largue cómo y de quién le ha llegado la historia. Error de bulto. Fallo imperdonable. Traición. A partir de ahí, a ese periodista le estará bien empleado que le ‘abrasen la fuente’, práctica habitual de los periodistas en la reserva que, desde los departamentos de Prensa, se dedican a perseguir ‘al que cuenta cosas’. Juegan a detective y le encanta desenmascarar a esos que también llaman chivatos. Y la competencia suele machacar y denostar a los que son ‘colegas’ de otros medios. Y hablan de un “constipado de nada” refiriéndose a lo que luego resulta ser un cáncer. Así somos los periodistas.

P.D. Y yo también me muero de ganas por saber quien es ‘el señor invisible’ que pone en contacto a Juanjo Millás con Nevenka Fernández para hacer el libro “Hay algo que no es como me dicen…” Cuenta que es un periodista importante, ¿será…?

"Antes la muerte..."

Las últimas semanas he recordado este artículo. Me preguntaron con insistencia, desde mi hermano, pasando por mi suegra hasta el Marci y el Teja, eso de “¿quién te lo ha contando?”. Y por eso recupero este artículo de aquella sección ‘Una de piratas’ que tenía en el suplemento DoMingo de Marca. En este caso reciente, nadie del departamento de Prensa me hizo la pregunta, los ‘abrasa-fuentes’ eran de otro departamento del club y la caza de brujas fue importante dentro del vestuario. Por supuesto no desvelé mis fuentes. “Antes la muerte…”

Escrito por Matallanas | 1:04 p. m. | Enlace permanente

2 Comentarios:

  • Escrito por Blogger Rodrigo Marciel, a las dom nov 19, 07:08:00 p. m.  

    totalmente de acuerdo mata... ahora en nuestra profesion hay mucha estrellita que se cree dios por la audiencia que tiene, es una pena que no se respeten las fuentes pero en fin... que te voy a decir yo que no sepas

  • Escrito por Anonymous Anónimo, a las lun nov 20, 12:28:00 a. m.  

    De acuerdo en todo. En la facultad de Ciencias de la Información nos repiten hasta la saciedad lo importante que son las fuentes para nosotros, los periodistas y futuros periodistas... pero no nos lo dicen de una forma tan clara como lo has expuesto aquí. Tomaré buena nota para mi futuro profesional.

    Un abrazo.

    PD: El comentario suprimido era mío, que lo he repetido dos veces sin querer. Perdona.


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