EL PALCO (ELCONFIDENCIAL.COM, 19-2-07)

Cuando a Fabio Capello le queda la prueba del algodón definitiva del Bayern de Munich en Champions, que decidirá su futuro, a Frank Rijkaard también se le ha empezado a poner fecha de caducidad en sus chaquetas fashion. El holandés, con su pachorra encantadora y sus ojos chispeantes, habituales en los cruces de miradas por las calles de Ámsterdam, dice que se va a quedar, aunque vacila con aquella canción, ¿Qué será, será?, al hablar de su futuro. Lo cierto es que, según fuentes que han estado en contacto en las últimas semanas con los dirigentes del Barcelona, concretamente antes de que Samuel Eto’o la liara y aireara las vergüenzas culés a los cuatro vientos, Joan Laporta y los suyos vienen preparando la posibilidad de tener que buscar un sustituto al bueno de Frank. En esa lista han aparecido varios nombres, pero hay algún tapado. (...)

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