Traición en rojo y blanco (Por Alfredo Duro)
¿os suena?
Por Alfredo Duro
La vergonzosa mancha que la derrota ante el Barcelona ha supuesto para la historia del Atlético de Madrid alcanza tintes grotescos cuando se comprueba el comportamiento bufón y chufletero que algunos mal llamados atléticos han tenido para con su club antes, durante y después del infausto partido. Pancartas como las que se vieron en las gradas del Vicente Calderón anticipando el “deseado” triunfo azulgrana, resultaban igual de ridículas que la boba y deplorable estampa de los que, identificados con bufandas y camisetas rojiblancas, aplaudían y jaleaban la sucesión de goles que convirtieron el partido en un tortuoso e innecesario “via crucis” para los atléticos de verdad.
La transición generacional que ha tenido lugar en el Atleti durante los últimos tiempos, ha provocado en el club una metamorfosis que no corresponde a la grandeza ganada durante ochenta años. Las más antiguas generaciones de atléticos se han educado en la pelea de igual a igual con Real Madrid y Barcelona para ganar la supremacía de nuestro fútbol. No hablo tan sólo de ganar partidos y títulos, me refiero al dominio sobre los demás, al reconocimiento por parte de los otros de tu reinado. Ahí estaba casi siempre el Atlético de Madrid, para relegar en ocasiones al Barcelona al papel de secundario y compartir con el Madrid la corona del protagonista. Nada que ver con con estos duros tiempos, en los que se confunde la historia y la tradición con el triste victimismo que alientan ciertos himnos de atribulada capitulación.
Hasta la llegada a la presidencia de Jesús Gil en 1987, el Atlético de Madrid había conquistado ocho títulos de liga, tan solo dos menos que el Barcelona. Desde entonces, la diferencia entre los dos equipos se ha ampliado hasta el punto que los azulgrana (18) tiene el doble que los rojiblancos (9). ¿Casualidad? No lo sé, pero me resulta tan simplista como poco serio hacer responsable de esta transformación a la “teoría de la persecución y la aniquilación” que durante los últimos veinte años han acaparado buena parte del discurso rojiblanco. Ese discurso introduce ahora términos que levantan ampollas, como eso de la “cuota de mercado” que Miguel Angel Gil dijo recientemente y que a los atléticos les suena a ecuación de física cuántica teniendo en cuenta la vulgaridad futbolística que su equipo les regala desde hace tiempo.
La importancia del momento admite todo tipo de discusiones sobre la identidad de los verdaderos responsables de tanto disgusto. Veo el comportamiento de los jugadores y como en años anteriores me convencen de lo barato que resulta hoy ponerse esa camiseta. Quizá es que también ellos se han perdido en otro tipo de cuotas e intereses. Tan perdidos como los que en nombre de un rancio y ordinario “antimadridismo” patalean y traicionan lo que sus mayores les dejaron.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 11:35 a. m. | Enlace permanente