Orgullo atlético para ser grande en Liverpool (Por Alfredo Duro)
¿os suena?
Por Alfredo Duro
Soy un ferviente seguidor del Liverpool y por eso, la llegada de Fernando Torres me provoca una sensación de alegría y felicidad que comparten los millones de seguidores que tiene repartidos por el mundo el equipo de Anfield. La gran mayoría de nosotros creemos que,con Torres, somos mejor equipo y estamos en mejores condiciones de volver a ganar la Premier League. Han pasado diecisiete años de nuestra última liga y eso, en un club de la historia y la tradición del Liverpool obliga a tomar grandes decisiones. Quizá por eso el club fue vendido recientemente. Por eso, con la llegada de Gillette & Hicks, los nuevos propietarios, el Liverpool sale al mercado en condiciones de adquirir a alguno de los mejores del mundo, esos que marcan la diferencia y te otorgan el salto de calidad suficiente para ser un equipo campeón. Eso es lo que el Liverpool vé en Fernando Torres, y así es reconocido de manera unánime en el fútbol inglés.
Esta última sería una razón suficiente para que los aficionados del Atlético de Madrid se sintieran orgullosos por lo ocurrido con su símbolo, pero hay más. Nunca anteriormente el Liverpool se había planteado un fichaje de la dimensión económica que ha adquirido el de Fernando. Hasta ahora, el récord en las contrataciones de los “reds” lo ostentaba Djibril Cissé, por cuyo fichaje el Liverpool pagó hace unos años cerca de 20 millones de euros. Ahora, en un momento en el que el mercado futbolístico se maneja en similares parámetros económicos que entonces, se ha pagado casi el doble, lo que en sí mismo demuestra la trascendencia e importancia que en Anfield se le dá a esta operación. Ha sido el Liverpool tan respetuoso con el Atlético de Madrid y con el propio Fernando que, llegados a este punto, en el que cualquier análisis futbolístico razonable reconoce las ventajas que este fichaje supone para todas las partes, que sólo cabe el agradecimiento a un grandísimo jugador que, hasta el último momento, ha sabido dar muestras de cariño y aprecio por el club de sus amores.
Durante buena parte de esta temporada Fernando Torres ha jugado lesionado. Así lo pueden acreditar los médicos del Atlético de Madrid …y del Liverpool, para los que no ha pasado desapercibido el mal estado que presenta el tobillo del jugador. Un tobillo herido, al que se ha maltratado a base de durísimos golpes y escaso descanso. Pero más doloroso para Torres ha sido comprobar que, de manera irrefutable, su ciclo con el Atlético ha llegado a su conclusión. Lo confirmé cuando en una reciente entrevista, sincera y natural como él mismo, Fernando confesaba su asombro por haber alcanzado el brazalete de capitán con tan solo diecinueve años. En esa declaración quedaba también el reconocimiento de las urgencias del club, apurado en un vértigo innecesario en la búsqueda de un proyecto que nunca ha sido reconocible y que sólo ha conseguido identificar al Atlético de Madrid con la figura de Fernando Torres.
En ese tortuoso trayecto, el Niño ha soportado con estoico silencio y ejemplar compromiso la salvaje carga de responsabilidad con la que todos le hemos distinguido. La mayoría habrían sido borrados del mapa con sólo la mitad de obligaciones y no habrían aspirado a ser llamados por el Liverpool ni para entrar en el mítico “boots room” para limpiarle las botas … al mismísimo Fernando Torres.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 10:53 p. m. | Enlace permanente