El estado de ánimo colchonero
Las sensaciones son positivas desde cualquier perspectiva que se mire. El once desplegado de inicio por Javier Aguirre fue ilusionante. Una alineación acorde con el potencial y la historia del equipo rojiblanco. Y mirabas al banquillo y comprobabas que había alternativas, que el Atleti cuenta con peloteros del nivel de Luis Garcia, Reyes, Antonio López, Luccin o hasta el mismo Jurado. Y en el césped un Forlán enchufado que ha venido a triunfar, un charrúa al que no se le viene el Calderón encima. Tampoco ha bloqueado el estadio del Manzanares a otros recién llegados como el navarro Raul Garcia, ni a Simao, mas apagado que sus compañeros, pero con destellos de calidad. Y felices resurrecciones hubo en la feliz noche colchonera. Como la de Maniche, que se parece al gran llegador que fichó el Atlético. O la vuelta de Pablo y Perea al centro de la zaga, estando ambos correctos por mas que los serbios no crearon apenas peligro. Y Pernía desdoblándose por su banda.
Maxi, en el exilio de la banda donde no le gusta jugar, demostró su jerarquía y evidenció lo que se le echó de menos la pasada campaña. Y ese Kun Agüero. Que liviano, que fresco esta el chaval argentino al que el alto coste de su fichaje, bastante menos de lo que se dijo que costo, le perjudicó en su primera temporada. Parecía que flotaba al ir avanzando deshaciéndose de rivales. Grande el Kun, pero que no le agobien los profetas de lo absurdo que se creen con la verdad absoluta del Sentimiento Atlético. Y grande pareció de nuevo el Atleti.
Sin absurda euforia se puede creer de nuevo en este equipo. Con dudas inevitables por el fatalismo histórico, hay que dar un nuevo voto de confianza al Atleti. Sin duda. Y en Liverpool, un chaval atlético está contento y feliz de ver a su equipo por fin en la línea buena. Hoy también se habría salido y también tiene su parte de culpa de la buena pinta que tiene el Atlético. Se sacrificó, seguro y sin duda, para ello. Y siempre tuvo claro, como todos los atléticos, que el Atlético está por encima de cualquier futbolista. Y de sus dirigentes, por supuesto.
El estado de ánimo colchonero es bueno y se adivina que puede mejorar.
MaTA-dor desde Bustio
Escrito por Matallanas | 12:45 a. m. | Enlace permanente