reportaje a deco mientras hacía su equipaje para abandonar la concentración del barcelona en pekín

El pasado sábado realicé uno de los reportajes que siempre me había interesado mucho hacer. Surgió por casualidad y de forma inesperada, como saltan siempre las noticias. Me avisaron los compañeros de Titan de que Deco no acudía al entrenamiento matinal del Barcelona porque abandonaba el hotel la concentración del equipo y la gira asiática. Cuando me informaron los compañeros, llamé rápidamente a Deco a su habitación para enterarme por qué y a qué hora se marchaba. El brasileño con pasaporte portugués me citó en media hora en el Lobby y me contaba. Tras el malentendido que ya aclaré (mi Dec-agada), Deco regresó de hacer unas compras y me dijo que le acompañara a su habitación. Mientras íbamos hablando (y se reía por ‘lo’ del Chelsea, a la vez que echaba piropos a su cuarto vástago recién nacido por la oportunidad de irrumpir en este mundo permitiéndole abandonar el siempre engorroso, para el futbolista, periplo de pretemporada por Asia), le pedí autorización para hacerle unas fotos mientras hacía su maleta. Siempre me había interesado saber, para contar, lo que se lleva un jugador a una concentración (realmente he estado en bastantes habitaciones de amigos futbolistas, pero nunca les planteé el reportaje porque iba en calidad de amigo y no estaba ‘de servicio’ y también sé, de mi etapa de aprendiz de futbolista, lo que se echa en la maleta, y no difiere mucho porque las concentraciones de un conjunto de categorías inferiores de un equipo grande (como en el Atlético) se asemeja mucho a la de los profesionales, ya que también te dan la ropa de paseo, el chándal y prácticamente todo lo que el primer equipo). El caso es que me interesaba hacer el reportaje a un jugador y se me presentó la oportunidad (gracias a la buena relación que mantengo con Deco a quien conozco desde hace siete temporadas) qué lleva en la maleta un futbolista. La valija de Deco, como la de la mayoría de los peloteros, es del tamaño de las que se pueden llevar de equipaje de mano, homologada con las medidas permitidas para subir a la cabina y no facturar. Apenas lleva unas mudas (no son necesarias porque en la ropa que les facilitan los utilleros hay hasta gayumbos si son solicitados) y dos pantalones y un par de camisetas (ropa de romano en el argot) por si les dan permiso y se pueden dar un rulo por la ciudad en las que les toque estar concentrados. En los últimos tiempos, el iPod (no otro reproductor MP3, debe ser el de Apple) se ha convertido en un elemento imprescindible en los enseres que un futbolista se lleva a su reclusión en el hotel. En todas las llegadas de los equipos a los hoteles de concentración y a los partidos, se puede comprobar como los jugadores se bajan con los auriculares blancos bien puestos en sus orejas y el iPod (el Nano de 4 Gigas es el que más se lleva) emitiendo la melodía que más le apetece al pelotero de turno. Deco lleva uno, por supuesto. Y también viaja con él su ordenador portátil, elemento también muy repetido entre el resto de jugadores de elite. Cuando entramos en la habitación en el portátil, creo que era un PC, sonaba música brasileña. Deco llevaba un libro (estaba dado la vuelta y no pude ver el título) y muchos DVDs. Llevaba toda una temporada de la serie Los Soprano, la película Hollywood y sacó de la disquetera Babel, síntoma de que la había visto la noche anterior. Entre estos DVDs se adivinaban dos películas más, cuyos títulos no puede alcanzar a ver. Completaban el ligero equipaje del futbolista el cargador del teléfono móvil, imprescindible, dos pares de gafas de sol, una gorra y un neceser para la higiene personal.

Esas eran las pertenencias que Deco se había llevado para afrontar la semana de gira asiática que tenía por delante con el Barça y que se vio interrumpida en Pekín, la primera estación, por el nacimiento de David, su cuarto hijo. Deco tenía varias bolsas de caramelos de todo tipo, todos sin azucar, que no se llevó a su viaje de 20 horas rumbo a Sao Paulo, con escala en Londres, y se las regaló a Gustavo, compañero de Titan que fue también fue testigo de cómo el centrocampista hacía su maleta. En la cama dejó la ropa de paseo del Barcelona, para que luego la recogiera el utillero, y bajó rápido en el ascensor para, tras firmar varios autógrafos a los cazadores de firmas, tomar el Audi de la organización que le llevó al aeropuerto de Pekín.

MaTA-dor, en Madrid (¡¡¡por fin!!!)

Mis artículos en Titan Sport (China)

La historia de la marcha de Deco la conté en Marca ('on line' en Marca.com con foto exclusiva) y también en Titan Sport. En el primer diario de España no se publicó finalmente la foto de Deco haciendo la maleta (prefirieron meter la de Deco montado en el coche cuando se iba hacia el aeropuerto) y en el mayor rotativo de deportes de China si salió Deco mirando a cámara en el momento de hacer su equipaje, como podéis comprobar en el recorte que os dejo aquí de esa página que salió publicada en Titan.

También os dejo aquí la página de Titan en la que escribí mi artículo de cómo había visto al Barcelona (no os cuelgo el artículo que les envié para traducir y después publicar porque son 1.200 palabras, unos dos folios de Times a cuerpo 12 y sería muy largo el post). Además de este artículo y del Deco, en Titan publiqué otro sobre la valoración de Rijakaard de su primera etapa de la gira en Pekín, que hable con él un ratín en la cafetería del hotel (¡qué tío más amable y correcto! No ha cambiado nada desde que le hicimos la Futbolería Palomar, yo (y mis botitas, abuelo), entrevista de la que, por cierto, Frank se acordaba perfectamente).