Iker, el yerno ideal (Por Kiko Narváez)
el arquero (columna publicada en la razón el lunes 24 de diciembre de 2007)
Por Kiko Narváez
¡Que tiemblen las pasarelas de Cibeles y Milán! Vaya desfile al que asistimos el pasado jueves en el Telefónica Arena, con la disputa del partido contra la malaria entre amigos de Nadal e Iker Casillas. Hacía tiempo que no veíamos desfilar en tan pocos metros cuadrados tanta solidaridad, talento y generadores de ilusión por una misma moqueta. Exceptuando a Gasol, en plena Liga, allí se congregaron los mejores deportistas nacionales de la actualidad que, ante la sorpresa de los «seguratas», decidieron dejar en el párking sus palos, fórmulas uno, motos, bicicletas, botas de taco y encaramarse al mismo carro con la misma indumentaria.
El espectáculo consistía en jugar con Iker y Rafa un juego cada compañero intentando salir del embolado de la manera más digna posible. Comprobamos las buenas maneras con la raqueta de Sergio García, Ramos, De la Rosa, pero, en general, la única que salió perdiendo ese día fue la agredida pelotita fosforita, que, dicho sea de paso, echó de menos, al igual que nosotros, las manos de las chicas de Hugo Boss.
Lo del fútbol moló. Se notó que en los barrios y recreos todos lo practicaron y disfrutamos de un Fernando Alonso que, tras firmar con Renault, de nuevo demostró una salida rapidísima, esta vez con balón, dejando en la cuneta al «Pato» con un gol de cuchara que lo hubiese firmado Raúl.
Lo que ya no es nuevo es la competitividad de Nadal, quería ganar sí o sí y aunque el empate estaba medio pactado, el manacorí firmó seis goles de todos los colores. Fue el mejor, aunque se comiese un «ace» en forma de caño de Sergio Ramos, que le hizo gritar: «¡Nooo!»
Por el bien de Luis Aragonés, mejor que no haya más partidos de estos. Ya que lo de Raúl quedaría en el baúl de la Piqué y Nadal sería el protagonista de los debates.
De lo que nos tenemos que concienciar todos es de que cuando medios de comunicación, Ayuntamientos y Comunidades van en una misma dirección, el partido no tiene historia. Y la victoria, esa vez a la malaria, es contundente.
Por último, quiero comentaros algo que percibo en la persona de Iker Casillas. Dejando de lado el primer puesto que ocupa en el podio de porteros, sus acciones mediáticas están subiendo como la espuma. El meta madridista está metiendo la cabeza en la burbuja de los deportistas más influyentes, admirados y de los yernos soñados.
Escrito por Matallanas | 11:59 p. m. | Enlace permanente