La buena imagen del Real Madrid
JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. El Real Madrid ha recuperado imagen en este 2007 que concluye. El título liguero con la espectacular remontada de la mano de Capello y el solido liderato que ha conseguido de la mano de Schuster ha colocado al equipo madridista en lo más alto del fútbol español. Fichajes polémicos por su alto coste como el de Pepe se ven ya con buenos ojos por el buen rendimiento del central en el Nou Camp. El ascenso del Real Madrid siempre suele ir a la par del descenso del Barcelona, y viceversa. Y el golpe de autoridad del conjunto madridista en casa de los culés ha insuflado optimismo en todo el madridismo, que veía al equipo líder, pero bastantes seguidores merengues aún dudaba de su potencial. Estas dudas han desaparecido con el solvente y merecido triunfo de los de Schuster en el Camp Nou.
El salto de calidad del conjunto madridista no ha ido a la par de la mejora de imagen de su presidente Ramón Calderón, que sigue teniendo un problema cada vez que realiza declaraciones públicas o muestras públicas de alegría como su imagen el palco del Camp Nou despidiendo solo, por el abandono de Laporta y resto de dirigentes culés, y eufórico a sus jugadores. Y eso que el trabajo de Fernando Nadal, director de comunicación del Real Madrid, está siendo impecable. Empezó Nadal despacio, conociendo el medio deportivo y la grandeza e influencia del mejor club del siglo XX, pero su buen hacer y su complicado trabajo, en especial en el control de las apariciones públicas del presidente está empezando a ver sus frutos. Perfectamente ayudado con Luis Villarejo a su vera, Nadal consiguió que el discurso de Calderón en la comida de Navidad que el Real Madrid ofreció a los medios de comunicación sorprendiera a todos. La generosidad y humildad del presidente, que tendió la mano a sus críticos y se puso a disposición de los periodistas más beligerantes con sus decisiones para superar los enfrentamientos personales surgidos en estos meses de presidencia, fueron cosa de Nadal y de Villarejo. Y no es sencillo convencer a Calderón para que rebajara su perfil y dedicara gran parte de su exposición a ofrecer la paz, sin nombrarle, a José Antonio Abellán, director de deportes de la Cope, y, en menor medida, a Eduardo Inda, director de Marca. La presencia de ambos en ese almuerzo con periodistas forzó a un discurso sorprendente por su generosidad, pero que estuvo a la altura del señorío histórico que te obliga a tener el presidir una institución tan grande como el Real Madrid.
La elección de Nadal como director de comunicación es un motivo para alabar a Ramón Calderón. El director de comunicación llegó al club tras superar un duro proceso de selección y el presidente del Real Madrid no le conocía de nada. Y una vez en el cargo, le ha dejado trabajar y, en general, ha seguido sus indicaciones con disciplina. Vender la marca del Real Madrid es algo sencillo, porque el Madrid se vende sólo y más cuando gana, que en su historia es casi siempre, pero a su vez es algo bastante complicado porque la lupa siempre está encima de la institución de Concha Espina y se fiscaliza hasta el último movimiento que hay en las oficinas. Nadal y Villarejo lo están haciendo bien. Pero no pueden bajar el pistón. Ni con Calderón, el primero, ni con Schuster y el vestuario, el segundo. Porque, tratándose del Real Madrid, todo se magnifica. Se exagera en el elogio y en la crítica. Ahora la cosa va bien. Bastante bien. El Real Madrid aspira y es el primer candidato a ganarlo todo. Pero estos éxitos no garantizan la mejora de imagen de Calderón, que también tiene su parte de culpa en los éxitos, por supuesto. Y es que el Real Madrid está por encima de sus presidentes. Que el Real Madrid tenga buena imagen no significa que su presidente la tenga. Por más que se lo curren Nadal y Villarejo…
Escrito por Matallanas | 1:25 a. m. | Enlace permanente