Una decisión horrible (Por Kiko Narváez)
EL ARQUERO. ARTÍCULO PUBLICADO EN LA RAZÓN
Por KIKO NARVÁEZ
He probado a coger con todo tipo de guantes la noticia del despido “por conducta inapropiada” del fisioterapeuta atlético Sebastián Truyols. A pesar de mis intentos no logré agarrar por ningún lado una explicación a una medida que me ha parecido exagerada y fuera de lugar. No fue su falta grave mandar tomar un supositorio por la boca, ni se trató de la recaída de un futbolista por un mal tratamiento. Su bendita equivocación consistió en pedirle la camiseta al mostoleño y mejor portero del mundo Iker Casillas, que dicho sea de paso fue aplaudido por un sector del fondo norte del Calderón cuando fue a ocupar su portería, en un hecho que no recuerdan ni las viejos del lugar con un jugador del eterno rival.
Desconozco si la camisa la quería el bueno de Sebas para su colección o era la ilusión de un sobrino o vecino. No es este un ejemplo a seguir en los tiempos que corren, y más en estas últimas semanas atléticas, eso echar a la calle a un chaval, que si es verdad que era reincidente en este tipo de actos deberían haber dejado unas semanas después del derbi para tomar medidas que no dieran opción a suposiciones, cábalas e hipótesis... Claro que cuando un chaval con memoria mira para atrás y ve el, para mí, intrascendente momento de Cerezo posando con la camisa blanca o observa a los jugadores intercambiándose la rojiblanca por la merengue, con sus rivales y no enemigos, como explicas ahora a la chavalería, sin incitar a la violencia, de que Sebas esté en el paro. Una decisión horrible para fomentar el Juego Limpio.
Es, además, una nueva muestra de antimadridismo que en el fondo esconde un acomplejamiento hacia el eterno rival que no favorece en nada a la entidad. Son detalles como ésos los que no debe tener un club que se autoproclama el tercero de España. Son los detalles que sobran en un grande.
Fíjense cómo será el tema que a mí ya se me han quitado las ganas de pedirle una camiseta a Van der Vaart para un colega chiclanero, ¡no vaya a ser que no me dejen entrar en el Calderón a ver los octavos de final de Champions!
Escrito por Matallanas | 4:55 p. m. | Enlace permanente