Guardiola busca la perfección
JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. Pep Guardiola no quiere que las goleadas confundan a su Barça. Ya lo advirtió después de meterle un set al Atlético y volvió hacerlo nada más golear al Basilea. La exigencia del entrenador del Barcelona es máxima. No permite la más mínima distracción a sus hombres ni que se instale la euforia en su caseta ni en el famoso entorno de Can Barça.
Se cernían dudas sobre lo adecuado de colocar a un entrenador sin experiencia como Guardiola para reflotar a un Barcelona en crisis y han bastado apenas dos meses de competición para que Pep demuestre su capacidad para devolver al Barça a la senda de ganar títulos. Perfeccionista al extremo, Guardiola vive por y para el fútbol. Desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde, Pep trabaja físicamente para su equipo, y el resto del día tiene la mente puesta en fútbol, en como montar esta o aquella jugada de ataque, en como solventar esta o aquella situación defensiva.
Ha probado en partidos de competición, arriesgándose a una derrota, variantes de su sistema que poder emplear en situaciones determinadas de la temporada. Ha hecho experimentos en choques de Liga y de Champions y las probaturas le han salido bien. Sabe lo que quiere. Su modelo es flexible. Quiere tener alternativas para variar el sistema en función de las necesidades de cada partido.
Guardiola le da gran importancia al aspecto táctico y técnico, pero su obsesión es el aspecto psicológico como demuestra en todas sus declaraciones de antes y después de los partidos. La euforia no inundará a Pep, si lo hace, hasta no conseguir ganar un título. Y rápidamente se pondrá a estudiar las posibles mejoras de su equipo. No quiere que la goleada en Basilea confunda a sus hombres y trabaja para ello, con declaraciones públicas que lleguen al vestuario y con charlas directas a los propios futbolistas. El Barça tiene buena pinta. Sabe a lo que juega y ha reforzado su identidad con la gran cantidad de canteranos, de futbolistas salidos de La Masía, que integran el once titular. Y Guardiola está demostrando que el extraordinario futbolista que fue llevaba dentro un gran entrenador, como aventuraban sus compañeros de vestuario.
Escrito por Matallanas | 3:06 a. m. | Enlace permanente