Campaña antimadridista
JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. Cuando parecía que todo había sido otra pataleta de Schuster en rueda de Prensa, desde el Real Madrid se ha sacado toda la artillería para denunciar una persecución arbitral a sus intereses a la vez que asegura que el Barcelona siempre es el gran beneficiado por las actuaciones de los colegiados. Se desconoce si obedece a una estrategia de comunicación del propio Real Madrid o ha surgido espontáneamente. Cuesta creer que todo sea un plan orquestado porque desde la salida de Fernando Nadal de la dirección de comunicación, y al no dar la responsabilidad de esa parcela a Luis Villarejo, el departamento de comunicación se encuentra en manos de Miguel Angel Arroyo y desde el propio club nadie, excepto Calderón que le ha puesto ahí, ve entidad a este director general para desempeñar un cargo que debía ser para Villarejo.
Pero al margen de que sea una estrategia premeditada o haya surgido por casualidad tras la actuación de Clos Gómez en el derbi, suena muy mal que desde el Real Madrid se quejen de los árbitros. Es cierto que en los últimos años al Barça le han favorecido más que al Real Madrid, pero resulta que al equipo no blanco nunca le han dejado de favorecer los colegiados. Y en el Villarato termino que ha acuñado Alfredo Relaño con el que denuncia desde hace varias temporadas los privilegios arbitrales del Barça. El director del As apunta al apoyo de Joan Laporta a Villar en las últimas elecciones, olvidando que en la actualidad el presidente de la Real Federación Española de Fútbol cuenta con todo el apoyo también de Ramón Calderón. Se le escapa a Relaño el dato de que el clima realmente favorable al Barça se fomenta desde la RFEF, pero no por Laporta sino por Joan Gaspart. El ex presidente del Barcelona fue el auténtico artífice del ajustado triunfo de Villar ante Gerardo González Otero, con sus gestiones de última hora con varias federaciones territoriales y poniendo el dinero para la campaña de Villar. Detrás de ese cacareado apoyo arbitral al Barcelona está ese hincha culé llamado Joan Gaspart, que tiene más peso en la RFEF que Laporta y que todos. Por cierto, Joan Gaspart influyó decisivamente en que España quedara campeona de Europa de selecciones porque desactivó la marcha de Luis Aragonés en febrero junto otras dos personas (pero esa es otra historia).
Ayer decía un lector de este foro, que utiliza el nick de Zinexine, en un comentario que le parecía bien las quejas: “Pues a mi me parece perfecto. Hay que quejarse cuando tienes motivos para ellos, es decir, al ganar un partido. Cuando pierdes y te quejas eso sí que es de llorones. Pero el Madrid ganó y el árbitro benefició al Atlético descaradamente. No pudo, ni podía, le perjudicó y punto. Cuando es al revés montáis un circo alucinante”. Pero resulta que esa es, históricamente, la diferencia del Real Madrid con el resto de los equipos. Que no llora, o no lloraba, nunca de los árbitros. Por supuesto que tienen derecho a quejarse, después de una derrota o de una victoria, pero, al quejarse de los árbitros, deja, de alguna manera, de ser el Real Madrid. Por más que se puede considerar una evidencia que existen ayudas al Barcelona, el Real Madrid no debería, a mi juicio, entrar en ese juego.
No está a la altura de la historia y la grandeza del Real Madrid quejarse de los árbitros. Eso se lo enseñan a los jugadores desde que entran en la cantera. Era una norma sagrada de Santiago Bernabéu que han respetado, mantenido y promulgado Luis de Carlos, Ramón Mendoza, Lorenzo Sanz y Florentino Pérez y que ha roto Ramón Calderón. Ya hubo un amago de ruptura en la última etapa de Florentino, cuando se utilizó la web oficial para denunciar los ‘7 pecados capitales’ de un árbitro, y el propio Florentino desactivó aquella campaña, que si había sido diseñada por un Dircom de la talla de Antonio García Ferreras. Pero ahora, con Ramón Calderón, no parece que el presidente vaya a salir a atajar las críticas y lo que tiene previsto hacer es ir directamente a quejarse a Villar, según se anunciaba ayer en varios medios. Demasiados problemas tiene Ramón Calderón como para preocuparse del señorío del Real Madrid. Pero como quitó el libro de estilo para los directivos también se pasa por el forro las normas históricas que prohibían a entrenadores y jugadores hablar de los árbitros. Otros equipos lo hacen, pero la diferencia del Real Madrid con el resto es que se jactaba de que ellos nunca criticarían a los árbitros y presumía de un señorío que, con esta junta directiva, está en vías de desaparición. Juan Villalonga anunció anoche en El Tirachinas de la Cope su intención de presentarse a las elecciones a la presidencia del Real Madrid. Seguro que Villalonga incluye en su programa electoral la promesa de recuperar el señorío. Porque, definitivamente, con Calderón el Real Madrid, por más títulos que gane, lo está perdiendo. Por cierto, ¿llegará esta campaña arbitral antimadridista que denuncian desde el club blanco a los arbitrajes de la Champions? Porque Villar, supuestamente, también tiene mucha mano en UEFA y, por extensión, Joan Gaspart.
Escrito por Matallanas | 4:10 a. m. | Enlace permanente