Y encima hay que poner la cama... (Por Alfredo Duro)
¿os suena?
Por Alfredo Duro
En un clarísimo y poco disimulado ejercicio de nepotismo, el presidente de la UEFA, Michel Platini, ha escenificado un implacable abuso de su cargo y nacionalidad –francesa – para descargar sobre el Atlético de Madrid una brutal y escandalosa sanción de clausura de su estadio. Dicen los lacayos de Platini, engalanados de soberbia y mala baba, que en el partido con el Olympique de Marsella, el Vicente Calderón fue escenario de una actuación policial tan desmedida como innecesaria. ¡Espeluznante! Tan anchos se quedan los tipejos de la Comisión de Control y Disciplina de la UEFA, que sin pudor ni vergüenza alguna se permiten tamaña intromisión en la conducta de las fuerzas del orden de un país como el nuestro que, encima, no es ni de lejos, de los que presenta un historial futbolístico más violento.
Lo triste es que durante las dos últimas semanas, las que han transcurrido desde que se jugó el partido que supuso el reencuentro del Manzanares con la Liga de Campeones, los franceses del OM se han volcado en jugar otro partido, el de la vendetta y el ajuste de cuentas. Desgraciadamente, nosotros, en España, no nos hemos percatado de la importancia de ese otro partido y de las demoledoras secuelas que su disputa podía dejar para el Atlético de Madrid.
Las consecuencias dejan en un pésimo lugar a la Real Federación Española de Fútbol, que sí tenía la responsabilidad de conocer los movimientos de Platini en esta exhibición de compadreo con el Olympique y su presidente, Pape Diouf. Un personaje éste, por cierto, que no hace mucho utilizó el color de su piel para arremeter contra los prejuicios que, a su entender, evitan la aparición de más dirigentes negros en el fútbol mundial. No me extrañaría que también en su denuncia haya hecho responsable de esa deuda al Atlético de Madrid, víctima desamparada de esta dictadura insoportable que la UEFA ejerce sobre una competición que reduce a la mínima expresión el poder de los clubes.
Cuantos más personajes han ido apareciendo en la escena de este “crimen” que tan maquiavélicamente han organizado Platini, Pape Diouf y unos cuantos franceses más de dudosa categoría moral, más evidente resulta la inocencia rojiblanca, a los que solamente se puede acusar de haber organizado el partido como si hubieran transcurrido once días en lugar de once años desde la última vez que el Calderón se vistió de Champions. Por eso resulta nauseabunda la hipocresía y el engaño ejercido por el delegado de la UEFA y demás sirvientes a su causa, que son igual de capaces de felicitarte al término del partido que arrojar al mismo tiempo toda la miseria que inunda su mezquino cerebro sobre un frío y embustero informe que sólo pretende ponerte de rodillas ante ellos. Y eso nunca. La cama que la paguen otros.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 9:16 p. m. | Enlace permanente