JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. Ángel María Villar no ha aguantado el tirón y ha tenido que dar su brazo a torcer. Jaime Lissavetzky le ha obligado a rectificar y el pasado viernes, al filo de las ocho de la tarde, la RFEF aceptó el Reglamento electoral para las elecciones que había pactado semanas antes con el Consejo Superior de Deportes. Dicho Reglamento electoral, modificado y sujeto al ordenamiento jurídico español, no a la normativa de FIFA, fue enviado a última hora del viernes a las distintas Federacciones territoriales de fútbol.

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol decidió la semana pasada enviar el Reglamento electoral aprobado en Asamblea General de la RFEF, obviando el que se había acordado en el Comisión Directiva del CSD unos días antes. La decisión unilateral de Villar, recurrida por Javier Tebas, vicepresidente de la Liga de Fútbol Profesional a la Junta de Garantías Electorales, fue tomada como un pulso por el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero. La tensión entre Villar y Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, se escenificó en la fiesta que el diario Marca celebró el lunes 6 de octubre en el hotel Ritz con motivo de la ceremonia de entrega de los trofeos Pichichi, Zamora y Guruceta. En dicha gala, se pudo ver dialogar acaloradamente al presidente de la RFEF y al secretario de Estado para el Deporte, quien no se quedó a la comida posterior que ofrecía el diario Marca porque tenía otra comida, relacionada con el conflicto abierto con la RFEF.

La Junta de Garantías electorales debe tratar hoy el asunto y dar una respuesta al recurso presentado por Javier Tebas. El CSD ha remitido a la Junta de Garantías el nuevo Reglamento electoral, el que se pactó en un principio, pero que no fue enviado por la RFEF a las federaciones territoriales. Teóricamente, el conflicto ha concluido y se desbloqueará la situación porque Villar, tras su negativa reiterada, se ha tenido que ajustar a la Ley del Deporte, al Reglamento para la elecciones de federaciones deportivas y a la Orden Ministerial del pasado mes de diciembre. Fuentes del CSD aseguran que no se trata de ningún pacto, que Lissavetzky no ha pactado con Villar y que se ha limitado a exigirle que cumpliera la legislación española vigente. La atención a razones de Villar puede suponer que se retrasen dos días las elecciones a la RFEF, que se celebrarían el 26 de noviembre, y que se acepte el sistema de voto por correo que recoge el Reglamento sobre elecciones a federaciones deportivas. Aunque según otras fuentes, en ese punto del voto por correo si puede haber habido pacto y se acepta votar a través de mensajeros. Los dirigentes federativos se negaban a modificar el Reglamento electoral aprobado por la Asamblea de la RFEF, al sentirse amparados y respaldados por FIFA, pero finalmente Villar ha aceptado, obligado, las exigencias del Gobierno de España.