¿Y para cuando Palma de Manzano? (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas. artículo publicado en público
Por Antonio Sanz
Quizá Paul Davidson, que dicen pagará 38 millones de euros para adueñarse del Mallorca, considere lo que a muchos nos chirría desde aquí. La lejanía implica desconocer la vida diaria, ciertamente. Pero en la ínsula balear algún osado ha discutido el trabajo de Gregorio Manzano tras perder ante el Sporting. Tiene gracia que un club sometido a la ley concursal, a un desatino de altas y bajas, a un cambio de patrón, a una afición que no termina de acercarse a Son Moix, a una isla a la que el fútbol se la trae al pairo, a… que más da. Bueno, eso. Manzano. Pues me molesta que después de tantos años de matrimonio únicamente se sume desde una dirección. Que todo el conocimiento y todo el esfuerzo se lance desde el mismo punto cardinal. Desde el sur del Bailén que le alumbró hace 52 años. O desde el noroeste donde su familia asume desde la lealtad y el sacrificio la segunda profesión paterna. O desde el este, en el Mediterráneo, cuando rememoran la Copa de España conquistada tras un rotundo 3-0. Aún vibra aquel once: Leo Franco, Cortés, Niño, Nadal…
Sí, decía segunda profesión. Porque antes era profesor -y tutor- en el instituto El Valle de Jaén, próximo a su domicilio. Y antes en el Cardenal Merino de Santisteban del Puerto. En esta localidad jienense arranca esta historia. Hablamos de quien prometía de ‘9’ en el campeonato universitario de fútbol en Sevilla y quien antes, en Bailén, había defendido una portería de… balonmano. Era por tocar todos los palos. Aquella frase, tras ganar el título en Elche, “va por los entrenadores del fútbol modesto” se convirtió en una reivindicación. Más o menos como la libertad sin ira de quienes no habían conseguido triunfar como jugadores pero que eran muy capaces de abrirse hueco entre la maraña cerrada a la que sólo a los antiguos futbolistas profesionales les hacen sitio. Gregorio ya ha vivido los sinsabores de sentirse poco querido. Pero cuando das tanto y te corresponde tan poco es para pensárselo. Pues él, a lo suyo. Sus íntimos le pidieron que no siguiera en Mallorca tras arañar con el equipo el sueño de la UEFA. El castillo comenzó a derribarse: salió Pereyra antes de acabar, y después: Jonás, Ibagaza y los que engordaron la caja -Güiza, Navarro y Valero-, entre otros. Aún así han llegado las cien victorias en Primera división. Muchas con el Mallorca -ha ganado en San Mamés, Camp Nou, Bernabéu o Calderón-. Otras memorables: con el Valladolid en Chamartín, la goleada al Barça con el modesto Racing, aquel 2-1 al Mallorca cuando pintaban bastos en el rincón de Gil o cuando logró que llorase Teresa Rivero tras ganar en Las Palmas con el Rayo y que sirvió para dar constancia de un nuevo milagro, el de Vallecas. Lejos quedan los kilómetros casi diarios al volante del J-8483-I Renault Laguna de Jaén a Talavera de la Reina…y vuelta después del entrenamiento; y más cerca quien sorprende con sus comentarios en su propio blog en Internet. Pausado, sereno, metódico, reflexivo, audaz, sensible, firme…Tras todo esto, hago públicos tres deseos: que le otorguen un banquillo de los que aspiran a ganar la Liga, el mismo sitio que ocupa Del Bosque… para cuando éste se canse y que el gobierno balear se plantee variar el apellido de la isla. Ah, y con Gonzalo Hurtado, su fiel escudero, más de lo mismo. Para él, al menos, su nombre en una calle de Palma, digo yo.
Escrito por Matallanas | 2:53 p. m. | Enlace permanente