El Real Madrid necesita una catarsis
La superioridad actual del FC Barcelona sobre el Real Madrid es evidente. Pero la grandeza del fútbol, lo aleatorio, mágico y misterioso de este maravilloso juego que provoca pasiones provoca que pocos apuesten por la goleada que hace unos días parecía cantada. Nadie se atreve a enterrar a un Madrid esquilmado por las bajas, casi nadie cuenta con el arrojo suficiente para albergar la más mínima duda de los genes ganadores que lleva marcados en el ADN de su escudo.
El Madrid impone respeto siempre. Vive una de sus mayores crisis institucionales por la presencia de un presidente ‘okupa’, que no ganó las elecciones y se autoproclamó ganador. Ha tocado fondo en su imagen, con una Asamblea que ha dejado retratado de nuevo el obsoleto modelo de gestión del club y la necesidad de hacer una catarsis en busca de un modelo más moderno y adecuado para el mejor club deportivo del siglo XX. Pero el sentimiento madridista puede con todo, la garra que impregna esa camiseta merengue hace que el Real Madrid provoque respeto para su visita de mañana al Camp Nou.
La lógica, dentro de lo ilógico que es el fútbol, dice que el Barça de Guardiola debe golear al mermado Madrid del recién llegado Juande. Pero según se aproxima el partido casi nadie se atreve a asegurarlo o apostar su dinero en esa goleada. Es la grandeza del Madrid la que provoca el respeto. Esa grandeza que están esquilmando sus actuales dirigentes. El madridismo necesita una regeneración urgente. El Real Madrid necesita unas elecciones que traigan a un presidente y una junta directiva legítima y que supere la división cainita en la que está sumido el madridismo. Es algo necesario y urgente. Pero mañana el Real Madrid juega en el Camp Nou y hasta que llegue la catarsis puede dar un susto al Barça (algo harto complicado, pero posible en un juego como el fútbol) y aspira incluso a ganar la Décima Copa de Europa. Pero gane o no gane mañana, lo más importante es la regeneración del madridismo y una transición hacia el Real Madrid del siglo XXI. Con Ramón Calderón es un club caciquil, sumido en el siglo XIX.
Escrito por Matallanas | 1:31 a. m. | Enlace permanente