El diván del Gato
mata-dor. artículo publicado hoy en marca
“Abel será un gran entrenador y algún día entrenará al Atlético. Seguro”. El mítico Arrigo Sacchi hacía está predicción una tarde de febrero de 1999, en una interminable sobremesa en el restaurante De María el día que dejó de ser entrenador del Atlético de Madrid. Abel Resino había sido ayudante del italiano y aquella etapa le sirvió para asimilar muchos de los conceptos y gran parte del libreto del maestro de los banquillos italiano, quien siempre redundó durante aquella etapa de trabajo conjunto, y años después, cuando Abel empezaba a despuntar en el Ciudad de Murcia y el Levante, que el Gato (como se le conoció siempre en el vestuario colchonero) iba a ser un técnico de equipo grande.
Además del trabajo táctico que tiene por delante, que lo solventará porque cuenta con gran capacidad en este aspecto, Abel deberá emplearse a fondo en el trabajo psicológico de una plantilla bajo mínimos en el apartado de la moral. El Gato deberá dar vida a una caseta falta de confianza, en la que muchos se sienten superados cuando se enfrentan al Vicente Calderón. Abel siempre tuvo claro que iba a ser entrenador y fue una esponja de los conocimientos que le aportaban los grandes técnicos que le dirigieron en su etapa de portero del Atlético. Fue un alumno aventajado de Luis Aragonés y tomó nota de las extraordinarias dotes motivadoras del ‘Sabio de Hortaleza’, aquellos apuntes le vendrán ahora fenomenal para aplicarlos en un vestuario en crisis como se encuentra el del Atlético.
Javier Aguirre salvó un ‘match ball’ el pasado mes de octubre cuando, con el voto de calidad de Miguel Angel Gil Marín y con la frase más repetida por Enrique Cerezo en los últimos meses sobre la mesa (“¿Y a quién ponemos?”), el Consejo de Administración del Atlético le aguantó en el puesto. Los gritos contra Cerezo del pasado domingo han provocado la destitución del mexicano. Y la elección del Gato Abel, que llegará con su diván.
Escrito por Matallanas | 4:46 p. m. | Enlace permanente