Ultras: tolerancia cero
Joan Laporta pasará a la historia del fútbol español por haber tenido el arrojo y la valentía que les falta a la mayoría de los dirigentes de nuestro fútbol de acabar con los ultras del FC Barcelona. Su atrevimiento y determinación en expulsar a los radicales de las gradas del Camp Nou es un ejemplo que deberían seguir los presidentes de todos los clubes.
Los ultras viven de la violencia y en Munich se hicieron notar pegando a un miembro de la seguridad del presidente del FC Barcelona. Igual que la liaron parda esta temporada en Montjüic atentando con el lanzamiento de bengalas contra los seguidores del Espanyol. Se tienen que hacer notar, pegando, amenazando, extorsionando, lejos del Camp Nou porque les han deportado del estadio en el que campaban a sus anchas, como hacen en casi todos los campos de Primera los grupos ultras.
Los dirigentes aspiran a tener controlados a sus ultras, a manejarlos. Cuando la cosa va bien y sacan sus beneficios en viajes (detrás de los grupos ultras hay un gran negocio) y demás privilegios con respecto al resto de la hinchada, la historia funciona. Pero en cuanto fallan los resultados o les recortan las prebendas, los radicales se vuelven rápido contra el palco, como está sucediendo ya en el Vicente Calderón, por ejemplo. Cuando no son los propios dirigentes los que montan un comando y le mandan de avanzadilla al entrenamiento para atemorizar y ‘concienciar’ a sus futbolistas.
Es imposible pactar con los radicales. Es cierto que suelen dar colorido a los estadios y suelen ser los que animan el cotarro con sus cánticos. Pero eso no les da de ninguna manera derecho para querer ser los que manejan el club, amedrantar a los jugadores y al resto de aficionados, como suelen hacer habitualmente, siendo peligroso en muchos partidos que los padres lleven a sus hijos pequeños al estadio.
El ejemplo de Laporta debería cundir en todo nuestro fútbol. En su gestión hay luces y sombras, como en las de cualquier presidente. Sin ir más lejos hace un año recibía pañoladas y le montaron una monción de censura. Ahora en lo deportivo le va fenomenal y aspira al triplete con opciones reales de ganarlo. Pero al margen de poder pasar a la historia como el presidente de la refundación del ‘Dream Team’, ‘Jan’ Laporta ya se encuentra en los anales de nuestro fútbol por haber erradicado a los ultras del Camp Nou. Ha puesto en riesgo su integridad física (está amenazado por estos Boixos Nois que la van a armar siempre que puedan) por el bien del espectáculo. Esperamos que su sucesor en la presidencia del FC Barcelona no de marcha atrás y sea igual de valiente para mantener el veto a esos aficionados a los que el fútbol les da igual, a estos tipos que piensan con faltas de ortografía y que su gran problema es que tienen miedo a la libertad. No saben ser libres y no quiere que el resto seamos libres. Por eso, con los ultras, como con el racismo, tolerancia cero. ¡Un aplauso para Laporta!
Escrito por Matallanas | 4:05 a. m. | Enlace permanente