Cuando empiezan los movimientos en los banquillos para la próxima temporada, con el del Real Madrid como banquillo estrella, los expertos en el mercado futbolístico señalan que existe un déficit de entrenadores de elite. La Juventus busca un técnico de primer nivel ante la más que probable marcha de Claudio Ranieri y el Milan podría dejar salir a Carlo Ancelotti (tiene un precontrato con el Chelsea y aún no está descartado por Florentino para traérselo al Real Madrid, aunque las encuestas casi le dejan sin opciones). Pero el Milan puede retener a su técnico ante las pocas alternativas que cuenta en el mercado, ya que ni Van Basten ni Rijkaard, dos mitos del Milan de Sacchi, no acaban de convencer ni a Berlusconi ni a Galliani, por más que se ha dado por hecho lo contrario.

El banquillo del Chelsea es el que más novias tiene. Son muchos los nombres que se han asociado como futuro entrenador del equipo de Abramovich. Ancelotti es el que parte por ventaja, pero hay una larga lista con más candidatos. Y Carlo no cuenta aún con la autorización del Milan para marcharse.

El aún ‘candidatable’ (hasta el jueves, concretamente) Florentino Pérez aún no tiene claro que técnico dirigirá su nuevo proyecto. Entre Wenger, Mourinho y Ancelotti se disputan el puesto y no se descarta que aparezca algún tapado, por más que el propio Florentino sólo habla de estos tres. José Mourinho transmitió a su círculo íntimo hace un par de meses su deseo de recalar en el Real Madrid. Pero Moratti, el mandamás del Inter de Milán, quiere conseguir como sea la continuidad del portugués, también pretendido por el Manchester City, el nuevo rico del fútbol mundial. Wenger sigue siendo una asunto pendiente para Florentino ya que no le consiguió convencer en su anterior etapa como presidente. Y Ancelotti, que gusta mucho al aún ‘candidatable’, no es nada valorado en las encuestas.

Los grandes de Europa no parecen estar por la labor de apostar por la fórmula Guardiola y dar las riendas de sus plantillas a un entrenador sin experiencia, por más que en el Barcelona esa fórmula ha traído grandes éxitos, aún por refrendar.

Con Rafa Benítez amarrado al proyecto del Liverpool se ha quitado de la circulación al, para muchos, mejor entrenador del mundo. Y Alex Ferguson, que nunca ha estado en el mercado, estará en el Manchester United hasta que el quiera. Por tanto, los inquilinos de los banquillos de Milan, Chelsea, Juventus y Real Madrid son a estas alturas del año una incógnita.

Lo que le ha sucedido a Juande Ramos, que ha conseguido mantener viva la Liga española con su fabulosa persecución al Barça, es un síntoma de que entrenadores de un segundo nivel, que consiguen grandes éxitos en equipos del escalón inmediatamente inferior a los grandes, como hizo Juande en el Sevilla, lo tienen muy complicado para dar el salto definitivo a la elite. Juande no habría tenido grandes opciones de entrenar al Real Madrid sino se llega a dar la crisis de resultados que provocó la destitución de Schuster. Llegó al Madrid y ha demostrado su capacidad, no ha podido conseguir convencer para su continuidad. Probablemente porque para entrenar a un grande es necesario algo más que ser buen entrenador. Por eso, por esas cualidades extras necesarias, existe, según han detectado expertos en el mercado futbolísticos, un déficit de entrenadores para la elite.